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Foto del escritorGaston Pasquini

Equilibrio y armonía

Los puntos pivotantes del modo de vida Taoísta son el equilibrio y la armonía. La salud y longevidad se basan enteramente en el óptimo mantenimiento del equilibrio y armonía entre los Tres Tesoros, entre las energías de los órganos vitales y entre el cuerpo humano y su entorno natural.

Desde el punto de vista Taoísta, la enfermedad y la degeneración son originados no tanto por las invasiones externas como sí por la ‘caída de la propia guardia’. Gérmenes, toxinas, y ‘energías negativas’ siempre están presentes en nuestro entorno, pero ellas pueden entrar y causar daño solamente en un cuerpo cuya inmunidad y resistencia se arruinen por negligencia y por un estilo de vida inapropiado. La salud y la longevidad no se sustentan en los doctores y las drogas sino por la cuidadosa protección de los Tres Tesoros de vida, y el nacimiento de cualquier enfermedad es una indicación clara de las propias falencias para mantener un sistema de defensa vigoroso.

El camino del equilibrio y la armonía es vivir en concordancia y no en conflicto con la naturaleza. Los principios primordiales del Tao se manifiestan a ellos mismos sobre la tierra en la forma de la Madre Naturaleza, quien en forma impecable obedece y refleja los patrones

cíclicos del universo. Por consiguiente, los Taoístas aprenden el Camino por observación e imitación de la naturaleza. Aquellos que se adaptan a lo natural y aprenden como controlar sus energías alcanzan una vida larga. Quienes desafían lo natural e intentan pervertir sus energías para sacar ventajas y obtener placeres se degradan y mueren tempranamente.

El principio primario de la naturaleza es constante cambio e incesante flujo. Estos cambios y fluctuaciones no son nunca arbitrarios ni caóticos. Ellos son cíclicos y siguen patrones predecibles. Los principios universales de yin y yang, los Tres Tesoros, las Cinco Energías, y otros patrones cíclicos se manifiestan clara y constantemente en la naturaleza, y por el estudio de ellos el adepto aprende como adaptarse al mundo y prosperar entre lo denso y lo sutil.

Rígidos apegos a conductas habituales, objetos materiales, e ideas fijas van en contra del Tao y bloquean la propia capacidad de adaptación a un mundo siempre cambiante. Flexibilidad, espontaneidad y completa libertad de pensamiento y acción son el único camino para responder

satisfactoriamente al flujo constante de la naturaleza y para vivir en concordancia con el Tao.

El mundo moderno opera bajo la tonta idea de que la ciencia y la tecnología pueden ‘conquistar la naturaleza’, por esa razón permiten que los seres humanos sean indulgentes con cada uno de sus caprichos y manías. Nosotros cortamos bosques y desvalijamos los mares, contaminamos el aire que respiramos y envenenamos el agua que tomamos, contaminamos nuestros cuerpos con comidas artificiales y drogas sintéticas, y atrofiamos nuestras mentes con distracciones triviales y conceptos fuera de lo natural.

La red resultante de esta batalla entre la naturaleza y los humanos es un entorno hostil que subvierte más que sustentar la vida humana, y los que últimamente pierden son los propios humanos.

El cuerpo humano es un producto de la naturaleza altamente evolucionado, sin embargo, es obvio que si destruimos nuestro hábitat natural también nos destruimos a nosotros mismos, y ningún grado de ciencia o tecnología puede salvarnos de nuestra propia auto destrucción. Nuestra única esperanza es llamarnos a una tregua y restaurar nuestra armonía con la naturaleza largamente interrumpida, y es aquí donde el antiguo Tao puede servir al mundo moderno.

El Tao nos provee con todo lo que necesitamos saber para vivir en concordancia con la naturaleza, parabeneficiarnos de la trinidad de cielo, tierra y humanos, y para proteger los preciosos tesoros de esencia, energía y espíritu de los cuales depende nuestra vida.

Desgraciadamente, la mayoría de las personas gastan sus vidas enteras transitando el camino de la disipación sin caer en la cuenta que es el más rápido atajo a la tumba.

Como el sabio Lu Tang- Ping dijo:

El cuerpo humano es compuesto enteramente de esencia, energía y espíritu. Si usted no valora su esencia y la derrocha imprudentemente, es como derramar el agua dentro de una copa agrietada. En vez de llenar la copa, ella chorrea hasta que se acaba hasta la última gota. Si usted no valora su energía y la derrocha imprudentemente, es como poner incienso en carbón caliente y continuamente agregar combustible al fuego hasta que el incienso se halla quemado y transformado en ceniza. Si usted no valora su espíritu y lo malgasta indiscriminadamente, es como colocar una lámpara desprotegida al aire libre y dejar que el viento sople hasta extinguirla.

El Tao ofrece una alternativa viable a la conducta auto destructiva de ‘vivir en forma liviana’, un camino alternativo que conduce a la salud y la longevidad, previene la enfermedad y la degeneración, cultiva la sabiduría, y protege los Tres Tesoros. El modo Taoísta de vida no

necesita ser fastidioso o ascético; de hecho, los Taoístas usualmente consiguen sacarle mucho más a la vida que las personas ordinarias, incluyendo los placeres de la comida y el sexo, precisamente porque ellos entienden tanto las limitaciones como las potencialidades de lo

natural.

A pesar de esto pocas personas siguen este camino, no porque él sea oscuro u oculto, sino porque es un camino que debe ser transitado lentamente, paso a paso, enteramente bajo nuestro propio poder, manejado solamente por la virtud de nuestra propia disciplina y

determinación. Este es un camino de total libertad e independencia, pero pocas personas tienen la intención de ejercitar la senda del auto control y la auto confianza que la libertad demanda.

Hu Szu-Hui médico del emperador de China, escribió en su manual médico en 1330:

Los hombres de elevada antigüedad conocen el Tao y diseñan sus vidas en armonía de yin y yang, viviendo en completa concordancia con los ritmos de la naturaleza. Ellos observan moderación en la comida y la bebida regularmente en sus vidas cotidianas y no se agotan a sí mismos alocadamente. Consecuentemente viven largas vidas. Pero la gente de hoy es diferente. Sus vidas diarias son irregulares, comen y beben indiscriminadamente sin conocer que evitar, y no observan moderación. Ellos dan a sí mismos demasiada disipación, se dejan tentar libremente por comidas ricamente condimentadas, ignoran el

camino de la renunciación y están permanentemente insatisfechos con lo que tienen. Consecuentemente la mayoría de las personas de hoy están arruinadas antes de cumplir los 50 años.

El árbol Taoísta de la salud

La tradición Taoísta de China contiene el más completo y efectivo sistema de prevención y cuidado de la salud del mundo, basado en miles de años de observación empírica y experimentación científica. Este antiguo sistema de salud y longevidad es como un gran árbol

viejo enraizado profundamente en el fértil suelo de la filosofía Taoísta tradicional. Independientemente de cual rama del árbol usted cultive, brotan de las mismas raíces, y cada rama da frutos que contiene la semilla del árbol completo.

Las raíces de éste venerable árbol son los principios filosóficos fundamentales del Tao primordial y sus manifestaciones terrestres. Estas raíces teóricas incluyen el Gran Principio de Yin y Yang, los Tres Tesoros de vida, las Cuatro Fundaciones de la salud, las Cinco Energías y así siguiendo Las raíces.

Desde estas raíces tres ramas se levantan para formar los tres grandes miembros de la trinidad taoísta: Los Tres Tesoros de esencia, energía y espíritu. Cada uno de estos miembros se bifurca en varios troncos de práctica, tales como dieta y nutrición, hierbas y acupuntura, respiración y ejercicios, yoga sexual solo y en pareja, meditación y alquimia interna.

Desde las ramas y troncos del árbol crecen los saludables frutos de la práctica, el benéfico resultado obtenido por el cultivo del modo de vida taoísta. Esta rica cosecha incluye salud y vitalidad, longevidad física e inmortalidad espiritual, claridad mental y ecuanimidad emocional.

Ellos son Los Frutos. En la tradición China, la salud es una rama de la filosofía enraizada en los mismos principios universales que gobiernan la cosmología y la química, agricultura y astronomía, medicina y farmacología, y todas las otras ciencias naturales. El cuerpo humano es visto como un microcosmos auto contenido del universo, y varias partes y apéndices son tratados más en términos de sus relaciones funcionales que de sus formas anatómicas. En el sistema de pensamiento taoísta la comprensión de los fenómenos naturales fundamentales como los ciclos solares y lunares y cambios de estaciones también proveen un significado paralelo respecto del funcionamiento del cuerpo humano. El común denominador que enlaza a todos los fenómenos naturales y equilibra todas las ecuaciones es la energía, la potencia dinámica del universo. La energía es el enlace entre mente y materia, el medio a través del cual los humanos intercalan con las potencias invisibles del cielo y sus manifestaciones visibles sobre la tierra. Es la fuerza penetrante y su poder de transformación la que liga a todos los objetos y actividades en la naturaleza dentro de un sistema orgánico de formas y funciones. Este sistema universal es simplemente llamado el “Camino”, o “Tao”, y la vida humana florece o declina en la medida en que permanece o se desvía del Camino...


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