Por Liao Fan de la Dinastía Ming
PRÓLOGO
El libro de Las Cuatro Lecciones de Liao Fan no sólo es conocido y guardado como un tesoro por numerosas familias en China, sino que ha tenido también una larga y profunda influencia en la administración política y económica Japonesa. El famoso escolar Han japonés, Yasuoko Masahiro es un ferviente admirador de este libro, aconsejando que el Emperador y todos los Primeros Ministros de Japón debieran considerarlo un tesoro nacional y memorizar las lecciones, leyéndolas y comprendiéndolas con diligencia. Cualquiera que desee gobernar, debería estudiar este libro con sumo cuidado.
Yasuoko Masahiro elogió este libro como “una pequeña joya que puede cambiar nuestras vidas”. Este libro ha tenido una gran influencia en la juventud de la Era Meiji, ha dejado su huella en China durante cuatrocientos años y ha causado una gran impresión en la sociedad japonesa durante cientos de años. Las Cuatro Lecciones de Liao Fan es un buen libro, merecedor de un estudio repetido por todos los jóvenes y por todo el mundo también deseosos de mejorar.
Las Cuatro Lecciones de Liao Fan está dividido en cuatro capítulos. Se tarda solamente veinte minutos al día en leer cada capítulo. Se puede acabar este libro en cuatro días. Si lo leemos con frecuencia durante un año, seremos capaces de comprender lo que en él se nos cuenta.
SOBRE ESTA EDICIÓN
Esta versión en inglés del libro titulado “Las Cuatro Lecciones de Liao Fan” es de especial interés para los inmigrantes chinos y los de su generación que emigraron al extranjero, ya que están inevitablemente menos familiarizados con la cultura China; para que conozcan dicha cultura a grandes rasgos y al mismo tiempo para expandir las enseñanzas Budistas en los centros de todo el mundo. Con este libro y los materiales de referencia (los cuáles son muy útiles), confiamos en que la Dharma (la ley natural) y las enseñanzas de Buda darán sus frutos y florecerán, igual que los brotes de bambú germinan alegremente tras las lluvias primaverales; y se extenderán a todos y cada uno de los rincones y los pueblos, trayendo consigo la libertad a la humanidad y aliviando el miedo innecesario.
Por último pero no por ello menos importante, proporcionarán los principios necesarios para que vivamos nuestra vida de una forma más correcta, para solucionar mejor nuestros problemas y por último para ser mejores personas. También nos ayudará a promover el dicho “Un corazón puro conduce a una tierra pura, una mente en calma conduce a un mundo en paz” y para difundir al máximo las enseñanzas y las prácticas del Dharma/budistas.
LAS TRES FORMAS DE CAMBIAR:
1. Sentir vergüenza.
2. Conocer el miedo.
3. Tener determinación y coraje.
Podemos cambiar a través de la acción, a través del razonamiento o cambiar desde el corazón.
LAS DIFERENTES FORMAS DE BONDAD:
1. Verdadera
2. Falsa
3. Honesta
4. Deshonesta
5. Invisible
6. Visible
7. Aparente
8. Auténtica
9. Correcta
10. Incorrecta
11. La bondad completa
12. Las medias bondades
13. La gran bondad
14. Pequeña
15. Difícil
16. Fácil
Introducción
Liao Fan Yuan escribió Las Cuatro Lecciones de Liao Fan en el siglo XVI en China. En un principio, el libro estaba pensado para enseñar a su hijo, Tian Chi Yuan, cómo reconocer la verdadera cara del destino, cómo distinguir el bien del mal y cómo hacer el bien. Asimismo proporcionó pruebas evidentes de las recompensas y los resultados de quienes hicieron el bien y cultivaron la virtud y la humildad. Basado en su propia experiencia en cambiar el destino, el mismo Sr. Yuan se convirtió en un claro ejemplo de sus enseñanzas.
Después de leer este maravilloso libro, uno se siente más abierto y confiado hacia la vida y al mismo tiempo obligado con gran determinación, a seguir el ejemplo de Liao Fan, en cambiar nuestro destino original. Las Cuatro Lecciones de Liao Fan es un libro excepcional que no sólo es útil para las necesidades espirituales del individuo, sino que también es capaz de transformar las actitudes incorrectas en nuestra sociedad.
Al leerlo nos podemos preguntar porqué en China los exámenes han gozado siempre de tanta relevancia. En el pasado, estudiar era muy importante, mientras que las otras ocupaciones se consideraban de la “clase baja”. El Gobierno Chino seleccionaba a sus oficiales mediante un sistema de meritocracia. Era necesario aprobar muchos niveles de los exámenes imperiales. Era muy difícil pasar dichos exámenes y había que ser realmente bueno.
Los que aprobaban tenían la oportunidad de seguir ascendiendo en posiciones más altas en el gobierno y vivir una vida de bienestar y prominencia. A Los que no conseguían aprobar no se les reconocía mérito alguno, sin importar lo inteligentes o capaces que fueran. Esto era así porque muchos jóvenes en aquella época se presentaban a estos exámenes con la esperanza de labrarse un futuro próspero.
Ya que la versión original de Liao Fan fue escrita en chino clásico, la misma era difícil de leer y de entender. A principios del 1900, el Sr. Zhi Hai Huang añadió una edición comentada en chino contemporáneo. Su edición de Las Cuatro Lecciones de Liao Fan se hizo muy popular y fue de gran beneficio para muchas generaciones. Sin embargo con el tiempo, la edición del Sr. Huang resultó muy difícil para los lectores de hoy, por lo que su influencia se vio en declive.
En vista de tan triste situación, al principio la Fundación de las Cuatro Lecciones de Liao Fan, que está dedicada a la reorganización, edición y reimpresión del libro, subvencionó una edición con una pequeña explicación de las Lecciones. El resultado fue una edición actualizada de las Cuatro Lecciones de Liao Fan como un libro audio. Esperamos que todos aprendamos el espíritu de Liao Fan para cambiar nuestro destino y crear así un mejor futuro para uno mismo, para toda la sociedad, para nuestra nación y para todos los habitantes de este mundo.
La Primera Lección: Aprender a Crear el Destino
Narrador: Esta lección sobre “Crear el Destino” trata sobre cómo crear nuestro destino, en vez de estar atado a él. Trata asimismo del principio que está detrás del destino y del conocimiento necesario para cambiarlo. Al relacionarlo con sus propias experiencias y tribulaciones en cambiar su destino, El Sr. Liao Fan enseñó a su hijo, Tian Chi, a no estar atado al destino. Todo lo contrario, le enseñó a esforzarse al máximo en practicar la bondad y erradicar las acciones incorrectas.
Uno no debería dejar de hacer el bien por pequeño que sea o cometer una mala acción simplemente porque es una pequeña mala acción. Si uno practica de la manera apropiada, está asegurado que el destino se puede cambiar. A menudo se dice, “Abstenerse de cometer malas acciones y hacer el bien de todas las formas posibles aleja la mala suerte y conlleva la llegada de la buena fortuna”. Este es el principio que yace detrás de cambiar el destino de cada uno…
Liao Fan: Mi padre murió cuando yo era muy joven y mi madre me convenció para estudiar medicina en vez de ser un erudito.
La Madre: Aprender medicina será una buena forma de ganarte la vida y ayudar a los demás. Además, al tener un oficio nunca tendrás que preocuparte por el dinero y puedes incluso llegar a ser un médico conocido. Este siempre fue el deseo de tu padre para ti.
Liao Fan: Un día mientras me encontraba en el Templo de la Nube Compasiva, conocí a un anciano distinguido de barba muy larga. Parecía un santo e inmediatamente le ofrecí todos mis respetos. El anciano me dijo…
El Anciano: Estás destinado a ser un oficial del gobierno. Puedes alcanzar el nivel de Erudito del primer nivel el próximo año, ¿por qué no estás estudiando para el examen?
Liao Fan: Así que le conté los consejos de mi madre para cambiar el estudio por la medicina. Después le pregunté su nombre, su fecha de nacimiento y dónde vivía. El anciano contestó…
El Anciano: Mi apellido es Kong. Soy de la provincia de Yunnan. He heredado el conocimiento del Sr. Shao, quién desarrolló muy bien el arte de la predicción. Según las predicciones, te lo debo transmitir a ti.
Liao Fan: Llevé al Sr. Kong a mi casa y le hablé a mi madre sobre él. Mi madre me ordenó que lo tratara bien y me dijo…
La Madre: Si el Sr. Kong es tan bueno para predecir el futuro, también podrá conocer tu pasado. Preguntémosle y así veremos si es cierto lo que dice.
Liao Fan: Es así que encontré muy precisos los cálculos del Sr. Kong, incluso en los pequeños detalles. Después de escuchar sus consejos, pensé de nuevo en dedicarme al estudio. A continuación consulté a mi primo Shen Chen. El me recomendó…
El Primo: Mi amigo, el Sr. Hai Gu está enseñando en la casa de Yo Fu Sheng. Sería conveniente que acudieras allí para estudiar.
Liao Fan: Así es como me convertí en el alumno del Sr. Yu. Una vez más, el Sr. Kong me predijo:
Sr. Kong: Conseguirás el puesto número 14 en los exámenes del condado, el nº 71 en los exámenes regionales y el puesto nº 9 en los exámenes provinciales.
Liao Fan: Al año siguiente quedé exactamente en los puestos que Mr. Kong había predicho. A continuación Mr. Kong predijo toda mi vida.
Sr. Kong: Aprobarás tales exámenes en tal año, serás funcionario en tal año y en este otro año serás ascendido. Finalmente, serás designado magistrado de la provincia de Sichuan. Después de permanecer en dicho puesto durante tres años y medio, dimitirás y volverás a
casa. A los 53 años morirás alrededor de la una de la mañana del 14 de Agosto. Es una lástima, pero no tendrás hijos.
Liao Fan: Apunté y recordé todo lo que el Sr. Kong me había dicho. Desde entonces, el resultado de cada examen que hice fue justo el mismo que el Sr. Kong había predicho. El Sr. Kong también dijo que me ascenderían sólo después de recibir un salario en especie de 91 dans y 5 dous de arroz. Sin embargo, al recibir 72 dans de arroz, fue justo cuando el oficial mayor, Sr. Tu recomendó mi promoción. Muy en secreto empecé a dudar de las predicciones del Sr. Kong.
Liao Fan: A pesar de todo, su predicción terminó siendo verdad, porque el Sr. Yang, el superior del Sr. Tu rechazó mi ascenso. No fue hasta años después cuando el Sr. Chiu Min Ying vio mis exámenes antiguos y exclamó…
Sr. Ying: ¡Estas cinco redacciones están tan bien escritas como si se trataran de informes para el Emperador! ¿Cómo es posible que enterremos los talentos de este gran escolar?
Liao Fan: El Sr. Ying quiso que el magistrado emitiera una orden oficial para que fuera candidato a “alumno imperial” bajo su autoridad. Tras este ascenso lleno de incidentes, mis cálculos me demostraron que efectivamente, había recibido 99 dans y 5 dous de arroz. Desde aquél momento, ya fuera un ascenso, rango o el bienestar, siempre creí firmemente que todo ocurría en el momento preciso y que la duración de la vida de una persona está predestinada.
Comencé a ver todo de manera más objetiva y dejé de buscar ganancias y beneficios. Después de ser elegido como alumno imperial, fui a la Universidad de Beijing. Durante mi año de estancia en la capital, creció mi interés en la meditación y a menudo me sentaba en silencio sin permitirme tener ni un solo pensamiento. Perdí interés en los libros y en el estudio.
Antes de entrar en la Universidad Nacional de Nanjing, visité al Maestro iluminado, Yun Gun en la montaña de Chishia. Durante tres días y tres noches nos sentamos frente a frente en el salón Zen sin ni siquiera dormir. El Maestro Yun Gu me preguntó…
Maestro Yun Gu: La razón por la que las personas banales no pueden llegar a ser santos es porque tienen muchos pensamientos errantes y falsos corriendo por sus mentes. En estos tres días de meditación no he observado ni uno sólo de esos pensamientos en ti. ¿A qué se debe?
Liao Fan: Contesté, “El Sr. Kong ha predicho toda mi vida. Sé que todo está predestinado: la duración de cuánto viviré, cuándo moriré, mis promociones y mis fracasos No sirve de nada que piense o desee nada. Por eso has visto que no pensaba en nada”. El Maestro Yun Gu se echó a reír.
Maestro Yun Gu: ¡Pensé que eras un hombre extraordinario! Ahora me doy cuenta que simplemente eres una persona de la media, una persona corriente.
Liao Fan: Sintiéndome confundido por lo que dijo, le pregunté al Maestro si podía explicarse.
Maestro Yun Gu: La mente de una persona banal está siempre imaginando y distraída con pensamientos, así que naturalmente su vida está ligada al Chi del Yin, del Yang y del destino. No podemos negar el hecho de que el destino existe, pero sólo las personas banales están sujetas a él. El destino no puede amarrar a aquellos que cultivan la gran bondad.
Narrador: Las virtudes acumuladas de hacer el bien, pueden cambiar nuestro destino “original” en uno mejor.
Maestro Yun Gu: Los méritos acumulados pueden de hecho cambiar un destino de sufrimiento a uno de felicidad, uno de pobreza a uno de prosperidad y una vida corta a una larga vida. Del mismo modo, el destino no puede atar a aquellos que cometen mucha malas acciones.
Narrador: Cuando las malas acciones de una persona son tantas y tan poderosas, éstas eliminarán toda la buena suerte y la prosperidad a las que estaban predestinados por su destino original, pudiendo su vida verse transformada para mal.
Maestro Yun Gu: Durante los últimos veinte años, tú has vivido de acuerdo con las predicciones del Sr. Kong y no has hecho nada para cambiarlas. Te has dejado atar por tu propio destino. ¿Si eso no es ser un mortal ordinario, entonces qué es?
Liao Fan: Desconcertado, procedí a preguntar al Maestro Yun Gu, “Entonces, ¿Es posible cambiar el destino y escapar del mismo?” El Maestro contestó…
Maestro Yun Gu: Somos nosotros quienes creamos nuestro destino. Somos nosotros también quiénes determinamos nuestra buena o mala suerte. Cuando hacemos el mail, nos tendremos que enfrentar inevitablemente a las adversidades. Cuando por el contrario hacemos el bien, la buena suerte aparecerá a nuestro lado. Así lo dicen todos los grandes libros de sabiduría. En las enseñanzas Budistas, está escrito que si deseamos y buscamos el bienestar, un buen puesto, tener hijos o una larga vida, podemos conseguirlo. Sólo tenemos que hacer el bien para escapar del destino. Ya que las mentiras son una de las grandes ofensas en las enseñanzas Budistas, debemos evitar las mentiras. Desde luego los Budas y las Divinidades no tienen razones para engañarnos.
Liao Fan: No entendí muy bien lo que quería decir con “que podemos conseguir todo lo que deseamos”, así que le pregunté. Mencio una vez dijo…
Mencio: Podemos conseguir todo lo que nos proponemos. La búsqueda está en uno mismo.
Liao Fan: Esto se refiere a las cualidades tales como la virtud, la bondad o la moralidad. Todos podemos trabajar estas cualidades. No obstante, ¿cómo se pueden conseguir factores externos tales como la riqueza, la fama o el prestigio? ¿No dependen de factores externos? El maestro respondió…
Maestro Yun Gu: Mencio1 tenía razón, pero tú malinterpretaste su significado. Hui Neng, el sexto patriarca de la Escuela Zen2 nos ha enseñado que…
El Sexto Patriarca Hui Neng: Todo lo relacionado con el mérito se encuentra en el interior de nuestro corazón. Si buscamos dentro de nosotros mismos, podemos estar en contacto con la buena fortuna y con las adversidades. El exterior es meramente un reflejo del interior.
Maestro Yun Gu: Buscando en nuestro interior, no sólo podemos alcanzar las cualidades de la virtud, la bondad o la moralidad, sino también la riqueza, la fama y el prestigio.
Narrador: Si la riqueza, la fama y el prestigio están previstos en nuestro destino, entonces las conseguiremos sin ni siquiera perseguirlas. Si no lo están, entonces no las obtendremos, ni siquiera a través de intrigas ni maquinaciones.
Maestro Yun Gu: Así que, nuestra búsqueda será en vano si estamos buscando en el exterior a ciegas la fama, la fortuna y una larga vida, en vez de meditar en el interior de nuestro corazón. Tal y como Mencio dijo una vez…
Mencio: En la búsqueda, es necesario elegir el camino correcto. Al hacerlo así podemos conseguir lo que el destino nos ha preparado.
Narrador: Sea lo que sea lo que se obtenga al final, es todavía parte del destino de cada uno.
Maestro Yun Gu: Si tratamos de buscar esas cualidades en el exterior, llegando incluso al extremo de hacer el mal por ello, perderemos entonces no sólo las cualidades internas de la virtud y la bondad, sino que además predeterminará nuestra buena suerte. Además, las malas
1 Meng Zi, conocido en Occidente como Mencio o Mencius (aprox. 372 a.C. – 289 a.C.) Filósofo chino, uno de los más destacados de la escuela del Confucianismo. Según este pensador, en el corazón de todo ser humano hay cuatro sentimientos naturales o tendencias que le orientan hacia el buen camino: Compasión, vergüenza, respeto y modestia y discernimiento (distinguir lo que está bien de lo que está mal).
2 En chino se llama Chan, es una escuela de budismo fundada por el maestro Hui Neng. Cuando llegó a Japón, fue llamada Zen, son los japoneses quienes han dado la reputación a esta escuela de budismo.
Acciones cometidas en una mente avariciosa para enriquecerse más, pueden reducir la buena fortuna del destino original. De todo esto, podemos deducir que no se deriva ningún beneficio de la búsqueda a ciegas. ¿Cuáles fueron las predicciones de Sr. Kung?
Liao Fan: Se las conté en detalle, desde el lugar que ocuparía en los exámenes hasta el ascenso a oficial y finalmente la fecha de mi muerte.
Maestro Yun Gu: ¿Sientes que mereces nombramientos imperiales o tener hijos?
Liao Fan: Reflexioné durante un rato sobre mis acciones y actitudes anteriores en el pasado. Le contesté diciendo, “No, no siento que merezca un nombramiento imperial ni tener hijos. Todos los que reciben nombramientos imperiales es porque tienen buena suerte, y yo no. No trabajo para acumular virtudes ni tampoco para construir mi buena fortuna. Soy muy impaciente, intolerante e indisciplinado y hablo sin moderación. Soy también muy orgulloso y arrogante. Todos estos son signos de escasa buena fortuna y de carecer de virtud. ¿Cómo es posible que merezca un nombramiento imperial?”
Narrador: Veamos a continuación por qué Liao Fan no puede tener hijos. Ser limpio es positivo, pero puede convertirse en un problema si uno llega a obsesionarse. Hay un viejo dicho que dice: “La vida surge de la suciedad de la tierra y el agua demasiado limpia a menudo no alberga peces”.
Liao Fan: La primera razón por la que siento que no merezco tener hijos, es porque estoy apegado en exceso a la limpieza, lo cual deriva en una falta de consideración de los demás. La segunda razón es….
Narrador: ...la armonía es lo que da sentido a toda la vida.
Liao Fan: Pero tengo un temperamento fuerte y a menudo me enfado. La tercera razón se basa en el hecho de que…
Narrador: La bondad cariñosa es la base de la reproducción y la severidad es la raíz de la esterilidad.
Liao Fan: Me preocupo demasiado por mi reputación y no puede sacrificar nada por los demás. La cuarta razón es que hablo mucho, con lo cual desperdicio mucho Chi o energía. La quinta razón es que además me deleito bebiendo alcohol, lo cual merma mi espíritu.
Narrador: Para mantenerse saludable, no debemos dormir durante el día y permanecer despiertos durante la noche
Liao Fan: La sexta razón por la cual no puedo tener hijos, se debe a mi costumbre de quedarme despierto por las noches, sin saber cómo conservar mi energía. Aparte de todas estas razones, tengo muchos, muchos defectos, demasiados para mencionarlos todos. El Maestro Yun Gu dijo…
Maestro Yun Gu: Según lo que dices entonces hay muchas cosas en tu vida que no mereces, ¡no sólo la fama o tener hijos!
Narrador: Ambas, la buena y la mala suerte se originan en nuestro corazón. Las personas sabias saben que todo lo que consiguen o en lo que fracasan en esta vida, son sólo las consecuencias de sus propias acciones y pensamientos. ¡Sólo un ignorante piensa que todo es obra del destino!
Maestro Yun Gu: Aquellos que son millonarios en esta vida deben haber cultivado en el pasado la buena fortuna, merecedora de tales cantidades. Aquellos que no tienen problemas económicos deben también haber tenido buena fortuna, digna de producir tal suma. Aquellos que mueren de hambre, estaban de hecho destinados a morir así. Debemos comprender que sus pensamientos y acciones en el pasado crearon su destino; el resultado kármico a día de hoy es simplemente el fruto de tales acciones. El Cielo no hace nada más que castigar a los que son malos con el sufrimiento que merecen y recompensar a los bondadosos con la buena fortuna que merecen.
Narrador: Lo que viene a continuación es el consejo del Maestro Yun Gu a Liao Fan convenciéndole para cultivar la virtud.
Maestro Yun Gu: Tener hijos es parecido a recoger la fruta de las semillas. Si se plantan bien las semillas, las frutas prosperarán. Si no se plantan bien las semillas, entonces las frutas estarán desnutridas. Por ejemplo, si una persona ha acumulado méritos y virtudes suficientes desde cientos de generaciones anteriores, entonces tendrá descendientes durante cientos de generaciones posteriores.
Los que acumulan suficientes méritos y virtudes durante las últimas diez generaciones, tendrán asegurada que la buena suerte se extenderá a las diez generaciones posteriores. Lo mismo ocurre con las tres o dos generaciones. Los que no pueden tener hijos es porque no han acumulado suficientes méritos y virtudes. ¡En su lugar deben haber acumulado ofensas!
Ahora que reconoces tus propios defectos, puedes trabajar para cambiarlos. Ya que son la causa de que no tengas hijos o seas un oficial imperial. Harías bien en cultivar la virtud y la tolerancia y en tratar a los demás con compasión y armonía. Cuida además tu salud y conserva tu energía y tu espíritu.
Vive como si todo lo del pasado disolviera el ayer y todo el futuro empezara hoy. Si eres capaz de llevarlo a cabo, entonces serás una nueva persona. Si incluso nuestro cuerpo físico está atado a los designios del destino, entonces ¿cómo puede una mente virtuosa y disciplinada no emocionar al cielo? Como se dijo en el Capítulo Tai Ja del Libro Chino de la historia…
Narrador: “Podemos escapar de los decretos del Cielo, pero nunca podremos escapar de la retribución de las malas acciones”. En otras palabras, podemos cambiar las consecuencias de las acciones pasadas, pero si continuamos comportándonos mal, no habrá forma de evitar las adversidades.
Maestro Yun Gu: Se dice también en el Libro de los Poemas…
Narrador: “Deberíamos reflexionar a menudo sobre nuestros propios pensamientos y acciones para ver si están de acuerdo con los mandatos del Cielo. Si actuamos así, entonces la buena fortuna aparecerá sin ni siquiera buscarla. La elección sobre la búsqueda de la buena fortuna o la adversidad depende únicamente de nosotros mismos”.
Maestro Yun Gu: El Sr. Kong había predicho que no recibirías el nombramiento imperial ni podrías tener hijos. Podemos pensar que se trataban de decretos Divinos, pero incluso éstos se pueden cambiar. Sólo necesitas corregir tus errores, hacer el bien y trabajar para acumular méritos y virtudes. Estas son nuestras propias transacciones para crear la buena suerte, nadie nos las puede quitar. ¿Cómo es entonces posible que no llegues a disfrutarlo?
Narrador: El I Ching, el Libro del Cambio fue escrito para ayudar a las personas buenas a atraer la buena fortuna y evitar la adversidad.
Maestro Yun Gu: Si todo está predestinado sin lugar para el cambio, ¿Cómo podemos mejorar en atraer a la buena suerte y evitar la adversidad? El primer capítulo del I Ching, el Libro del Cambio también dijo…
Narrador: “Las familias que a menudo hacen el bien, acumularán un exceso de buena fortuna que pasarán a las generaciones posteriores”.
Maestro Yun Gu: ¿Lo crees así?
Liao Fan: Comprendí y creí al Maestro y con inmensa gratitud le ofrecí todos mis respetos. Entonces comencé a arrepentirme enfrente de la imagen de Buda, de todas mis malas acciones pasadas, ya fueran grandes o pequeñas. Escribí mi deseo de aprobar los exámenes imperiales, prometí realizar tres mil buenas acciones para demostrar mi gratitud hacia mis antepasados, la Tierra y el Cielo. Al oír mi promesa, el Maestro Yun Gu me enseñó un cuadro y me enseñó a mantener un registro diario de las cosas buenas y malas que fuera haciendo. Me dijo que las malas acciones podían neutralizar los méritos de las buenas acciones. El Maestro también me enseñó cómo recitar el Mantra Jwun Ti, una forma de entrenar mi mente para la meditación. Sólo con una mente pura y en calma podía convertirse en realidad lo que estaba buscando. El Maestro Yun Gu entonces dijo…
Maestro Yun Gu: Se dice “Los Espíritus y las Divinidades se reirán de aquellos que son considerados expertos en el arte de escribir mantras pero no saben el modo correcto de llevarlos a cabo”. El secreto detrás de la escritura de los mantras es la ausencia de pensamientos desde el principio hasta el final. En este proceso uno no debe dar lugar a ningún pensamiento distraído; incluso hay que dejar ir los buenos pensamientos. Sólo bajo estas circunstancias puede tener éxito un mantra. Cuándo pedimos o buscamos algo en términos de cambiar el destino, es importante que lo hagamos con la mente en calma. De esta forma, los deseos se cumplirán fácilmente.
Maestro Yun Gu: Mencio afirmó en su “Principio para crear el Destino” que…
Mencio: No hay diferencia entre una vida larga y una corta.
Maestro Yun Gu: A primera vista, parece difícil de entender. ¿Cómo puede ser que una vida larga y una corta sean lo mismo? En realidad, cuando miramos al interior de nuestro corazón, no encontraremos dualidad ni diferencia. Veremos todo bajo un prisma de igualdad y viviremos siguiendo nuestra moral sin importar sin corremos buenos o malos tiempos. Si practicamos adecuadamente, podremos manejar entonces el destino de la riqueza y la pobreza. Por lo tanto, cuando somos capaces de crear y formar nuestro propio destino, no importa si ahora somos ricos o pobres.
Narrador: Igual que una persona rica haría bien en no descuidar sus pensamientos y acciones sólo porque es rica, una persona pobre no debería recurrir a cometer malas acciones a causa de su pobreza. En cualquier caso, necesitamos cumplir con nuestras obligaciones y ser personas virtuosas.
Maestro Yun Gu: Si podemos poner en práctica la moralidad a pesar de las circunstancias, entonces con toda seguridad nuestra vida se transformará de pobre en próspera, y una vida próspera en una todavía más próspera y larga. Deberíamos considerar del mismo modo una vida larga y una corta. Los que saben que su vida es pasajera no deberían pensar, “Como me voy a morir de todas formas, no tiene sentido ser virtuoso, debería robar y matar para mi propio beneficio siempre que pueda”.
Narrador: Por el contrario, aquellos que ya saben que su vida es efímera, pueden ser incluso más diligentes en el cultivo de la virtud, esperando tener una vida más larga la próxima vez y puede que entonces los méritos de su bondad alarguen la vida actual.
Maestro Yun Gu: Los que son longevos no deberían pensar “Tengo todo el tiempo del mundo, no importa si de vez en cuando hago el mal”.
Narrador: Una vida larga no es cosa fácil. Debe apreciarse y utilizarse para cultivar aún más la bordad y la virtud. De lo contrario, nuestra vida podría acortarse pronto.
Maestro Yun Gu: Quienes comprenden este principio, podrán transformar una vida corta en una larga a través de un comportamiento virtuoso.
La cuestión de la vida y la muerte es el problema más crítico en la vida de una persona. Lo mismo sucede con la riqueza y la pobreza, la buena y la mala reputación. La cuestión de una vida larga y corta incluye a todas las demás.
Narrador: Por eso Mencio no necesitó mencionar esto último en su principio de cómo crear el destino, ya que ya había hablado sobre la vida larga y corta.
Liao Fan: El Maestro Yun Gu me reveló entonces las enseñanzas de Mencio para cultivarse a uno mismo.
Maestro Yun Gu: Los que desean cultivarse, necesitan hacerlo diariamente y prestar atención a su conducta en cada momento, asegurándose de no cometer malas acciones. Cambiar nuestro destino depende de la acumulación de los méritos y de buscar la respuesta en los Cielos. Al cultivarnos, necesitamos reconocer nuestros propios fallos y resolverlos igual que si estuviéramos curando una enfermedad.
Se requiere perseverancia y los resultados aparecen cuando nuestra práctica madura. En este caso, nuestro destino con toda seguridad cambiará para mejor. No deberíamos afianzar los malos hábitos y pensamientos. Sería todo un logro si pudiéramos alcanzar el estado de “no pensar”.
Las acciones de una persona apegada a lo material, generalmente siguen a sus pensamientos. No se considera natural el pensar. Sé que todavía no puedes alcanzar el estado de “no pensar”, pero la práctica recitando continuamente el mantra Jwun Ti , te ayudará a superar los pensamientos dispersos. Cuando lo recitas, no debes pensar en recitarlo, sino recitar consciente y diligentemente sin ningún apego. Cuando el recitarlo pasa a un segundo plano, es cuando será efectivo.
Narrador: La esencia de esta práctica sólo puede entenderse cuando se lleva a cabo.
Liao Fan: Anteriormente mi nombre era Shuei Hai, que quería decir, “gran saber”, pero tras recibir las enseñanzas del Maestro Yun Gu, lo cambié por el de Liao Fan, que significa “trascender lo ordinario”. Significó mi comprensión de que somos nosotros quienes creamos nuestro destino y que yo no quería ser alguien banal, controlado por el destino.
A partir de entonces, comencé a ser consciente en todo momento de mis pensamientos y mis acciones. Fui cauteloso y cuidadoso con todo lo que pensaba o hacía. Pronto empecé a sentirme de forma diferente. Antes, no solía tener cuidado y pasaba mis días distraído y sin disciplina.
Ahora soy respetuoso y cuidadoso con mis pensamientos, mis palabras y mis acciones. Mantengo esta actitud incluso cuando estoy solo, ya que se que los Espíritus y las Divinidades están en todas partes y siempre nos están observando. Incluso cuando estoy con gente que no me gusta o que me calumnia, puedo tomar sus insultos con una mente serena y en calma sin sentirme obligado a discutir con ellos.
Al año siguiente de conocer al Maestro Yun Gu, hice el examen preliminar imperial, para el cual el Sr. Kong había predicho que quedaría en tercer lugar. Sorprendentemente, ¡quedé el primero! Las predicciones del Sr. Kong estaban empezando a perder precisión. Él no había predicho ni siquiera que pasaría el examen imperial, pero en otoño ¡lo conseguí! Ninguno de estos dos hechos formaban parte de mi destino original. El Maestro Yun Gu dijo…
Maestro Yun Gu: El Destino puede cambiarse.
Liao Fan: ¡Y ahora lo creo más que nunca! Aunque no había corregido muchos de mis fallos, me di cuenta de que no podía seguir actuando de la manera en la que solía hacerlo. Incluso si alguna vez lo hacía, era de forma forzada, no natural. Reflexioné en mi interior y descubrí que todavía tenía muchos defectos.
Liao Fan: A veces me forzaba a actuar de forma amable, pero todavía no podía dominar mis palabras que continuaban siendo ofensivas. Aprendí que podía controlarme cuando estaba sobrio, pero tras unos tragos perdía el control. Aunque a menudo realizaba buenas acciones, mis fallos y ofensas eran todavía tan numerosos que superaban a dichas buenas acciones. Con lo cual desperdicié mucho tiempo en vano. Tardé más de diez años en completar las tres mil buenas acciones a las que me había comprometido.
No fue hasta que volví a mi hogar en el sur unos pocos años después, que fui capaz de dedicar los méritos de estas tres mil buenas acciones en un templo. Entonces pedí un segundo deseo, que fue tener un hijo. Me comprometí a realizar otras tres mil buenas acciones. Unos años después tu madre te dio a luz y te llamamos Tian Chi.
Cada vez que realizaba una buena acción, debía escribirlo en un diario. Tu madre, que no sabía leer ni escribir, usaba una pluma de ganso mojada en tinta y marcaba con un círculo rojo por cada buena acción que ella hacía. De vez en cuando daba comida a los pobres o compraba animales en el mercado para dejarlos luego en libertad. Ella tomaba nota de todo esto a través de los círculos rojos en dicho calendario. ¡A veces llegaba a marcar más de diez círculos en el mismo día!
Hicimos esto cada día y en cuatro años, completamos las tres mil buenas acciones. De nuevo, las dediqué, esta vez en casa. El 30 de Septiembre de ese mismo año, pedí mi tercer deseo que era pasar los exámenes imperiales, el nivel Jinshr. Me comprometí de nuevo a realizar otras tres mil buenas acciones. A los tres años, mi deseo se cumplió y aprobé el nivel Jinshr. Asimismo me convertí en el alcalde de la provincia de Baodi. Mientras estaba allí, preparé un pequeño libro para registrar mis méritos y mis fallos y lo llamé “El libro para disciplinar la mente”.
Narrador: El libro se llamó Disciplinar la mente con la esperanza de ayudarle a evitar los pensamientos egoístas e incorrectos.
Liao Fan: A partir de ese día, apunté todas mis buenas y malas acciones en aquél libro y lo guardé en el cajón. Cada noche, quemaba incienso en un pequeño altar en el jardín y hacía un informe de mis acciones a los Cielos.
La Madre de Tian Chi: Con anterioridad, te pude ayudar en hacer el bien y fuimos capaces de hacer tres mil buenas acciones. Ahora, has hecho un voto para completar diez mil buenas acciones y tenemos menos oportunidades para hacerlas aquí, en la residencia del gobierno. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que podamos cumplir tu promesa?
Liao Fan: Aquella noche, después de que tu madre pronunciara esas palabras, soñé con un ser celestial que me decía lo difícil que era hacer diez mil buenas acciones. El ser celestial también me dijo…
Ser Celestial: Cuando te nombraron alcalde, bajaste los impuestos en los campos de arroz, que fue una muy buena acción y a esa acción le corresponden diez mil méritos. ¡Ya has cumplido tu promesa!
Liao Fan: Es verdad que los granjeros de la provincial de Baodi tenían que pagar un impuesto muy alto cuando llegué al despacho. Reduje dicho impuesto casi la mitad. Pero me parecía raro que…
Narrador: … ¿Cómo sabía el ser celestial que había bajado los impuesto? Liao Fan todavía albergaba dudas y se preguntaba como una simple buena acción podía acumular diez mil méritos.
Liao Fan: Casualmente, el Maestro Zen Huan Yu se encontraba de viaje por las Cinco Montañas y se paró en Baodi. Le invité a la residencia oficial y le conté mi sueño y le pregunté si era verdad. El Maestro Huan Yu dijo…
Maestro Huan Yu: Cuando hacemos el bien, debemos ser sinceros y no buscar recompensas o actuar con falsedad. Si hacemos algo bueno de verdad con el corazón, entonces esta acción puede acarrear los méritos de diez mil buenas acciones. Además, el bajar los impuestos en esta provincia, benefició a más de diez mil personas; has aliviado el sufrimiento de todos esos granjeros. ¡Seguro que tendrás muy buena suerte por ello!
Liao Fan: Al oír sus palabras, me sentí abrumado con inmensa gratitud y de inmediato le di todos mis ahorros para que pudiera regresar a las Cinco Montañas. Le pedí al Maestro que usara ese dinero para dar comida a diez mil monjes como una ofrenda de mis méritos.
El Sr. Kong había predicho que moriría a la edad de cincuenta tres años. Sin embargo sobreviví a esa edad sin ningún tipo de enfermedad aunque no había pedido al cielo una vida más larga. Ahora tengo sesenta y nueve años y ¡he vivido dieciséis años más de los que estaba destinado! El Libro Chino de la Historia dijo…
Narrador: “Ni los designios del Cielo ni nuestro destino están predeterminados. El Destino no es fijo, somos nosotros mismos quiénes lo creamos”.
Liao Fan: Todo esto es verdad, y ahora he llegado a comprender que ambas la buena y la mala suerte y la adversidad no son más que el resultado de nuestras propias acciones. ¡Estas son palabras verdaderas de los Santos! Si alguien me dijera que la buena o la mala suerte están determinadas por el Cielo, lo consideraría como alguien banal.
Tian Chi, mi hijo, me preguntó ¿Cómo será tu vida? Siempre debemos prepararnos para lo peor, de esta forma incluso en épocas de prosperidad, actúa como si no fueran así y cuando las cosas vayan según lo previsto, ten en cuenta siempre la adversidad. Si eres rico, sé consciente de la pobreza y cuando seas respetado y querido por todos, sé cuidadoso y conservador. Cuando tu familia sea reverenciada y respetada, estímalo siempre ligeramente y con humildad.
Narrador: Si somos capaces de cultivar la mente, la virtud y la moral crecerán y la buena suerte aumentará por sí sola.
Liao Fan: Cuando somos “conscientes del pasado”, podemos extender las virtudes de nuestros antepasados. Cuando somos “conscientes del presente” podemos corregir los errores de nuestros propios padres. Esto es lo que Mencio llamó…
Mencio: Los padres cuidan de los hijos y los hijos cuidan de los padres.
Liao Fan: Cuando “pensamos en nuestro país”, podemos pensar en cómo podemos devolverle su amabilidad hacia con nosotros y cuando “pensamos en nuestra familia”, podemos pensar en cómo traerles la buena suerte. Cuando “miramos al exterior”, pensemos en cómo ayudar a las personas necesitadas que tenemos cerca, y ”cuando miramos hacia nuestro interior”, pensemos en cómo prevenir los malos pensamientos y las malas acciones.
Narrador: Estas seis máximas constituyen modos positivos de cultivar un buen carácter. Si podemos vivir de acuerdo a estas máximas, entonces con toda seguridad nos convertiremos en personas honorables.
Liao Fan: Necesitamos analizar nuestros fallos todos los días, para poderlos corregir. Si no somos capaces de hacerlo, entonces no podremos mejorar nuestro carácter. Hay muchas personas inteligentes en este mundo que rechazan cultivar la moralidad y la virtud, y no se esfuerzan diligentemente en su trabajo. Los fracasos posteriores de su vida se pueden resumir en una sola palabra, la pereza.
Tian Chi, las enseñanzas del Maestro Yun Gu son sin lugar a dudas las más útiles, profundas, reales y prósperas y espero que las estudies con detenimiento y las practiques. Debes usar tu tiempo con sabiduría y no desperdiciarlo en vano.
La Segunda Lección: Formas de Cambiar
Narrador: ¿Cómo podemos estar libres de fallos si no hemos nacido santos? Confucio dijo una vez…
Confucio: No deberíamos tener miedo de corregir nuestros errores.
Narrador: Después de que Liao Fan nos contara las maneras de crear el destino, procedió a contar a su hijo las tres formas de cambiarlo. Primero, sentir vergüenza, segundo, conocer el miedo y tercero, tener determinación y coraje. Si fuéramos conscientes de corregir incluso el más pequeño de nuestros fallos, entonces evitaríamos hacer el mal.
El periodo de Primavera-Otoño que se menciona en este libro se refiere al periodo de hace más de dos mil años atrás en la historia China, cuando el país estaba viviendo grandes momentos de cambio y de caos.
Liao Fan: durante el periodo de Primavera-Otoño, China se encontraba dividida en muchas pequeñas naciones. Muchos consejeros prestigiosos de estas naciones podían predecir con precisión sólo con observar sus palabras y su comportamiento, si el futuro de una persona sería bueno o malo, su adversidad o su fortuna. Muchos de estos hechos se recogieron en los libros de historia.
Generalmente, hay señales que nos adelantan el peligro inminente o la llegada de la buena suerte. Estas señales son una reflexión de nuestro propio corazón. Aunque los pensamientos se originen en el corazón, el cuerpo puede mostrar perfectamente el carácter de la persona.
Narrador: Por ejemplo, si alguien es muy generoso, entonces cada gesto suyo demostrará firmeza y solidez. Si alguien es egoísta, su cuerpo indicará de forma natural un carácter necio e insignificante.
Liao Fan: Somos a menudo más afortunados cuando tendemos hacia la bondad y tenemos más problemas cuando somos egoístas. La gente corriente a menudo no puede percibir lo que está ocurriendo. Es como si su visión fuera borrosa. Como no pueden percibir la realidad, claman que la buena suerte y la adversidad son inevitables.
Cuando alguien es completamente honesto y sincero, su corazón está en resonancia con el corazón del Cielo. De esta forma, la buena suerte nos seguirá cuando podemos usar esta actitud sincera para interactuar con los demás en los asuntos cotidianos. Esto significa que al observar a alguien, sólo necesitamos prestar atención a su comportamiento. Si su comportamiento representa la amabilidad, entonces podemos estar seguros que la buena suerte no anda lejos.
Narrador: Por el contrario, cuando vemos que alguien no se comporta de forma correcta, sabemos que tendrá que enfrentarse a la adversidad. Si deseamos realmente la buena suerte y evitar la adversidad, antes de realizar buenas acciones es necesario primero comenzar por corregir nuestros propios fallos.
Liao Fan: Hay tres formas de corregir nuestros fallos: primero, uno “se avergüenza”. Piensa en todos los antiguos sabios cuyas enseñanzas han perdurado a través de cientos de generaciones. Eran personas como nosotros, pero ¿por qué mi reputación se ha arruinado en una sola vida? Por lo que he llegado a entender es porque me he dejado llevar por los placeres materiales y las malas influencias. Así hago a escondidas muchas cosas que se supone que no debo hacer. A veces he contravenido las leyes de mi país y no me he avergonzado por ello.
Sin darme cuenta, he ido en declive más y más cada día hasta no ser muy diferente de un animal. No hay nada en el mundo que produzca más vergüenza y remordimiento que estos comportamientos. Mencio dijo una vez…
Mencio: La vergüenza es la palabra más grande y más importante en la vida de una persona. ¿Por qué? Porque cuando uno se avergüenza, hará todo lo posible para corregir sus fallos y finalmente podrá convertirse en santo. Quién no puede comprender la palabra “vergüenza”, seguirá siendo desenfrenado e inmoral. Esta persona será como un animal.
Liao Fan: Estas son en verdad palabras clave para corregir nuestros errores. La segunda forma de cambiar es “conocer el miedo”. ¿A qué debemos tener miedo? La Tierra, los Espíritus, el Cielo y las Divinidades siempre nos están observando.
Narrador: Son diferentes de los humanos porque pueden ver todo sin ningún obstáculo. Así que no es posible engañarlos.
Liao Fan: Incluso cuando hacemos algo mal a escondidas de los ojos de los demás, la Tierra, los Espíritus, el Cielo y las Divinidades son como un espejo, que reflejan a la perfección nuestros defectos. Si he cometido una ofensa grave, entonces toda clase de desastres se cernerán sobre mí; si no es muy grave, aún así disminuirá parte de mi buena suerte. ¿Cómo es posible entonces no tener miedo? Cada momento, incluso cuando estoy a solas, los Espíritus y las Divinidades me están observando y se están dando cuenta de todo. Podemos tratar de ocultar nuestros malas actos de los demás…
Narrador: …pero los Espíritus y las Divinidades pueden ver a través de nuestros corazones, así que saben todo lo que hacemos.
Liao Fan: A la larga no podemos engañarnos a nosotros mismos. Nos sentiremos avergonzados y deshonrados si los demás ven nuestros fallos. Así que, ¿Cómo no vamos a tener siempre cuidado de lo que hacemos? Teniendo en cuenta las consecuencias fatales que podría acarrear. ¡Pero todavía hay más! Mientras nos quede un respiro, todavía tenemos la oportunidad de lamentar nuestros errores, incluso las ofensas y fallos más graves.
Narrador: Una vez, una persona que se había comportado mal durante toda su vida, se arrepintió justo cuando estaba a punto de morir. Se arrepintió de todos sus errores y lamentó todo lo malo que había hecho. Su corazón se quedó en calma y murió en paz.
Liao Fan: Esto quiere decir, que si somos capaces de tener un pensamiento tan valiente y bondadoso en el momento más importante, se pueden limpiar los efectos de las malas acciones acumulados durante cientos de años. Es como si la lámpara que llena de luz un valle, hubiera permanecido a oscuras miles de años. No importa durante cuánto tiempo se hayan estado cometiendo las malas acciones o si las ofensas son recientes. ¡Lo superaremos siempre y cuando seamos capaces de cambiar!
Narrador: A pesar de que cometemos errores, es bueno que los corrijamos. Pero no pienses que está bien seguir comportándose mal ya que nos podemos arrepentir después. Esto no es así. Si nos comportamos mal a sabiendas, entonces la ofensa es mucho más grave que antes.
Liao Fan: Además, estamos viviendo en un mundo en constante cambio. Nuestro cuerpo, de carne y hueso, es perecedero. Si nos falta la respiración, entonces nuestro cuerpo ya no nos pertenece. En ese momento, incluso aunque queramos cambiar, ya no tendremos esa oportunidad.
Narrador: Cuando morimos no podemos llevarnos nuestras posesiones materiales. Sólo el karma permanece con nuestro espíritu.
Liao Fan: Por lo que, cuando nos portamos mal, la consecuencia en el mundo físico es una mala reputación. Ni nuestros hijos ni nuestros nietos podrán limpiar nuestro nombre. Así que en la vida siguiente, podemos terminar experimentando un gran dolor y sufrimiento. Ni siquiera los Budas o los Santos podrán ayudarnos. ¿Cómo no tener miedo?
La tercera forma de cambiar es tener “determinación y coraje”.
Narrador: Quienes dudan en corregir sus fallos, no quieren realmente cambiar. Quieren escapar únicamente de las consecuencias.
Liao Fan: Puede que nuestra fuerza de voluntad no sea muy fuerte y nos haga tener miedo de cambiar. Para que el cambio se produzca, debemos dedicar todos nuestros esfuerzos en
cambiar de forma inmediata. No deberíamos esperar para corregir nuestros errores, no posponerlo a mañana o pasado mañana.
Una falta pequeña es como una espinita clavada y puede eliminarse rápidamente. Una falta grave es como si una serpiente venenosa nos mordiera un dedo. Debemos amputar ese dedo sin vacilar, para que el veneno no pase al resto del cuerpo.
Si podemos cambiar de las tres formas, avergonzándonos, sintiendo miedo y teniendo determinación y coraje, entonces nuestra personalidad con toda seguridad se transformará. Igual que los rayos de sol derriten la más leve capa de hielo en primavera, nuestros errores se disiparán cuando actuemos conforme a estas tres máximas.
Hay también otros tres métodos de práctica que nos ayudan a cambiar. El primero es cambiar a través de las acciones, el segundo es cambiar a través de la razón y el tercero es cambiar desde el corazón.
Narrador: Ya que estos métodos son variados, también los resultados varían. Hablemos primero del cambio a través de la acción.
Liao Fan: Por ejemplo, si maté a otros seres en el pasado y ahora me comprometo a no matar más, empezando hoy mismo. Si me enfadé y grité a los demás con anterioridad, ahora me comprometo a no enfadarme más empezando hoy mismo. Así es cómo podemos ir cambiando a través de la acción, evitando repetir las malas acciones al comprometernos a no hacerlo más. De todas formas, es cien veces más duro forzarnos a no hacer algo, que dejarlo de hacer de modo natural. Si no arrancamos nuestras malas raíces, sino que simplemente las suprimimos, las malas raíces pueden volver a aparecer incluso aunque hayamos dejado de actuar mal una temporada. Es por esto que el método de cambiar a través de la acción no puede ayudarnos a liberarnos de nuestros fallos para siempre.
En segundo lugar, déjame explicarte el cambio a través del razonamiento. Podemos intentar cambiar comprendiendo la razón por la que no debemos actuar mal. En vez de matar, podemos cambiar reflexionando que…
Narrador: …el hecho de amar a todos los seres vivos es una virtud del Cielo. Todos los seres vivos aman la vida y tienen miedo de morir. ¿Cómo puedo estar en paz conmigo mismo si le quito la vida a otros seres para alimentarme? A veces incluso los cocinamos vivos, como las langostas o los pescados. Puede que no estén del todo muertos cuando los ponemos en la cazuela. Tanto dolor y sufrimiento se traspasa a los huesos, ¿Cómo podemos ser tan crueles con estos animales?
Cuando comemos, utilizamos toda clase de cosas caras y sabrosas para alimentar nuestros cuerpos, suficientes para llenar toda una mesa a la hora de la cena. Pero una vez que hemos comido, incluso los mejores manjares acaban en el baño en forma de excrementos. El resultado de matar no nos lleva a nada. También podemos alimentarnos de forma vegetariana. ¿Por qué dejamos que nuestro estómago se convierta en una tumba y reducimos así nuestra buena suerte?
Liao Fan: Piensa de nuevo en todos los seres vivos de carne y hueso. Ellos tienen consciencia, como nosotros. Podemos cultivar la virtud y dejar que estos seres se sientan seguros alrededor nuestro. ¿Cómo podemos seguir haciéndoles daño y haciendo que nos odien? Si lo pensamos, sentiremos obviamente pena por estos animales y seremos incapaces de comerlos.
Otro ejemplo de cambiar a través de la razón lo encontramos en quienes a menudo se enfadan. Necesitan pararse a pensar. Según mi razonamiento si he dado con el punto débil de alguien, debería compadecerle por esas debilidades y perdonar sus defectos. Si alguien me ofende sin razón, es un problema de esa persona y no tiene nada que ver conmigo. No hay motivo para enfadarse. Puedo pensar también que…
Narrador: …no hay persona honesta que piense que siempre tiene la razón. Quien piensa así es un necio. No hay persona culta que culpe a los demás de sus fallos. Quien es sabio es humilde y trata a los demás con respeto, criticándose sólo a si mismo. Así quien se queja de los demás no es en verdad una persona sabia.
Liao Fan: Por lo que cuando las cosas no salen como esperamos, es porque no hemos cultivado la virtud y la moral y ¡no hemos acumulado suficientes méritos! Deberíamos siempre reflexionar sobre nuestro comportamiento y ver si hemos tratado correctamente a los demás.
Narrador: Si actuamos de esta forma y diligentemente cultivamos la virtud, entonces las dificultades pueden de hecho convertirse en obstáculos a superar que nos ayudan a refinar nuestro carácter para alcanzar nuestros objetivos.
Liao Fan: Es por esto que deberíamos estar siempre contentos de recibir críticas ¿Por qué nos enfadamos y nos quejamos?
Además, librarse de las críticas es como dejar que una antorcha se consuma. Si tratamos de defendernos ante las críticas de los demás sería como si un gusano de seda de primavera tejiera su propio capullo. Hay un viejo dicho que dice…
Narrador: “Aquellos que se atan a su capullo buscan el sufrimiento”.
Liao Fan: Lo único que conseguimos al enfadarnos es sufrir. Hay otros errores que podemos cambiar de la misma manera. Si llegamos a comprender lo que está detrás de esta necesidad de cambio, no repetiremos los mismos errores dos veces.
Por último, ¿Qué significa “cambiar desde el corazón”? Aunque las ofensas de una persona sean miles y de diferentes clases, todas ellas se originan en los pensamientos de la mente/del corazón. Si nuestra mente/corazón están llenas de pensamientos, entonces las acciones seguirán a dichos pensamientos y no podremos evitar cometer errores. Si nuestro corazón está anclado en el deseo, la fama, el beneficio personal o la ira, no necesito buscar formas para liberarme de cada error. Lo único que necesitamos es un corazón sincero, amable y la fuerza de voluntad para hacer el bien. Siempre que nuestra mente/corazón sean virtuosos, entonces será posible corregir los errores.
Todos los errores se originan en el corazón, si es así, cambiemos desde el corazón. Es como librarse de un árbol venenoso. Si logramos cortar con ello de raíz, no volverá a aparecer. La mejor forma de corregir nuestros fallos es cultivando el corazón. Si queremos cultivar nuestro corazón, entonces podremos corregir todos nuestros errores al mismo tiempo.
Narrator: Esto se debe a que todas las malas acciones se originan en el corazón. Si queremos acabar con él, debemos arrancar las malas raíces para que no vuelva a crecer.
Liao Fan: Purificar el corazón puede borrar todos los malos pensamientos antes de que se transformen en acciones. Si nuestro corazón es puro, podremos reconocer y parar los malos pensamientos tan pronto como surjan. Las ideas incorrectas desparecerán en el momento en el que somos conscientes de ellas.
Si no logramos corregir nuestros errores cambiando desde el corazón, entonces intentaremos hacerlo desde la razón, entendiendo las razones por las que necesito cambiar. Si aún así no somos capaces, entonces intentaremos cambiar a través de la acción, y haremos que los pensamientos desaparezcan.
La mejor forma es cultivar el corazón y comprendiendo por qué el cambio es necesario. Otra forma alternativa es forzarnos a nosotros mismos a no cometer malas acciones. Algunas veces puede que sea necesario usar los tres métodos para corregir nuestros errores…
Narrador: Sin embargo no tiene sentido descartar la mejor forma, que es cambiar desde el corazón.
Liao Fan: Pero incluso cuando nos comprometemos a cambiar, necesitamos ayuda para que el cambio se produzca. Necesitaremos recordatorios a menudo, por ejemplo con la ayuda de nuestros amigos de verdad que son testigos de nuestras acciones en el día a día. Podemos pedir a los Espíritus y a las Divinidades que nos ayuden a controlar nuestros pensamientos.
Yo esto lo hago, escribiendo todos mis errores y ofreciendo esa lista a la Tierra, a los Espíritus, al Cielo y a las Divinidades. Asimismo tenemos que arrepentirnos con sinceridad por las mañanas y por las noches. Si podemos arrepentirnos con sinceridad de nuestros errores en las últimas dos semanas, luego en los últimos tres meses, y continuamos así, con toda seguridad obtendremos grandes beneficios y buenos resultados.
Narrador: ¿Cuáles son los beneficios de este arrepentimiento? Nos sentiremos muy a gusto y nuestros corazones se sentirán más ligeros. Alguien con baja capacidad intelectual podría tornarse repentinamente en sabia. Otros podrán mantener la mente en calma incluso en circunstancias adversas. Podríamos también adquirir un gran conocimiento sobre todas las cosas.
Podríamos librarnos de todos nuestros odios hacia nuestros enemigos y mantener una actitud feliz incluso estando con ellos. Puede que soñemos que escupimos cosas negras, una señal de la limpieza de los pensamientos y la energía negativa, dejando el corazón mucho más limpio y puro. Asimismo puede que antiguos Sabios o Santos aparezcan en nuestros sueños para ayudarnos o podemos soñar que volamos libremente por el espacio. También puede ser que soñemos con banderas de colores y bellamente decoradas. Todos estos acontecimientos fuera de lo común son una señal de cómo nuestros errores del pasado se van eliminando y del éxito de nuestro arrepentimiento.
Liao Fan: No obstante, a pesar de estas señales no debemos pensar que no tenemos nada más qué hacer. En su lugar, debemos esforzarnos en mejorar aún más y poner todos nuestros esfuerzos en cambiar.
Durante el periodo de la Primavera-Otoño de la historia China, había un oficial de alto rango del ejército en Wei, llamado Bwo Yu Chu. A los 20 años, ya era consciente de sus errores del pasado. Repasó sus fallos e intentó corregir todos ellos con ahínco. A los 21, sentía que todavía no había sido capaz de corregirlos del todo. A los 22, se sentía como a los 21, como que no hubiera habido ninguna mejoría.
Pero año tras año, el persistió en corregir dichos errores. Cuando tenía 50 años, Bwo Yu todavía pensaba que había continuado obrando mal en los 49 años anteriores.
Narrador: ¡Esto es sólo una muestra de lo particular que eran nuestros antepasados al corregir sus fallos!
Liao Fan: Somos humanos y tenemos tantos fallos como espinas tiene un puercoespín. A menudo echamos la vista atrás y aún así somos incapaces de ver en qué fallamos. Esto es porque no tenemos cuidado y no sabemos cómo reflexionar en nuestras acciones. Es como si tuviéramos los ojos vendados ¡Estamos tan ciegos que no nos damos cuenta de que todos los días cometemos errores! También hay otras señales que nos indican cuando hemos obrado mal.
Narrador: Puede que nuestro corazón se sienta confuso y oprimido, con falta de energía y de espíritu. Puede que al conocer una persona virtuosa, nos volvamos muy olvidadizos, que estemos llenos de preocupaciones, avergonzados y deprimidos. Tendremos pesadillas a menudo donde nada tiene sentido, hablaremos y nos comportaremos sin sentido. ¡Todas estas son señales de los que han cometido numerosos errores!
Liao Fan: Si padecemos alguno de los síntomas citados anteriormente, debemos reunir la suficiente fuerza de voluntad y corregir nuestros fallos. ¡Tenemos que darnos prisa en emprender una nueva vida!
La Tercera Lección: Cómo Cultivar la Bondad
Liao Fan: El capítulo anterior hablaba de cómo corregir nuestros fallos en la vida actual, dando por hecho que una vida buena no se transformaría en una mala. Sin embargo, todavía no podemos transformar una vida mala en una buena. Aunque puede que seamos buenos y virtuosos en esta vida, no sabemos las ofensas que cometimos en vidas pasadas. Todavía tenemos que pagar por ellas. Por lo tanto, para transformar una vida mala en una buena, no sólo tenemos que corregir nuestros fallos, sino que además tenemos que poner en práctica todas las clases de bondad y virtud.
Sólo de esta forma, podremos libarnos del karma del pasado. Una vez que se acumulan las buenas acciones, nuestro mal karma se convertirá en bueno, ¡Por lo tanto es posible cambiar nuestro destino!
Liao Fan: El primer Ching, del Libro del Cambio dice…
Narrador: “Las familias que realizan buenas acciones acumulan buena fortuna, la cual se puede extender a generaciones venideras”.
Liao Fan: Déjame poner un ejemplo. Había una vez una familia llamada Yen. Antes de que dieran a su hija en matrimonio al hombre quién más tarde sería conocido como el padre de Confucio, repasaron las acciones pasadas de la familia. Al comprobar que eran una familia que había hecho el bien y había acumulado virtudes, los Yen estaban seguros de que su hija entraría en una familia que sería próspera con destacados descendientes. Y así fue: más tarde su hija dio a luz a Confucio.
Liao Fan: Confucio una vez elogió a Shwun, un emperador de la antigua China, por su piedad filial diciendo…
Confucio: Debido a su gran piedad filial, Shwun y sus descendientes serán conocidos y respetados. Sus hijos serán destacados durante muchas, muchas generaciones.
Liao Fan: Estas palabras se hicieron realidad, así lo prueba la historia. Te contaré ahora alguna de estas historias y cómo se pueden acumular méritos realizando buenas acciones.
En la provincia de Fukien, había un hombre notable llamado Rong Yang. Era el profesor del emperador en la corte imperial. Sus antepasados eran balseros que se ganaban la vida ayudando a la gente a cruzar el río. Una vez hubo una tormenta que duró tanto que hubo grandes inundaciones, llevándose la corriente a muchas personas, cosas y animales y dejando muchas casas destruidas.
Otros balseros se aprovecharon de la situación, cogiendo lo que flotaba. Sólo el abuelo de Rong Yang y su bisabuelo rescataron a los ahogados. Nunca cogieron nada de lo que flotaba sobre el río. Los otros balseros se reían de ellos y pensaban que eran estúpidos. Más tarde, cuando el padre de Rong Yang nació, la familia Yang empezó poco a poco a enriquecerse. Un día un Santo disfrazado de monje taoísta visitó a la familia Yang.
Monje Taoísta: Vuestros antepasados han acumulado muchos méritos; vuestros hijos serán ricos y destacados. Hay un lugar especial sobre el que podéis construir vuestra tumba.
Liao Fan: Siguieron el consejo del monje y poco tiempo después, Rong Yang nació. Rong Yang aprobó los exámenes imperiales cuando sólo contaba con 20 años de edad, recibiendo poco después los nombramientos imperiales.
Narrador: El emperador otorgó a su abuelo y a su bisabuelo los mismos honores imperiales, siendo sus descendientes todavía prominentes a día de hoy.
Liao Fan: Zi Cheng Yang de la provincial de Ninpo en Chekiang es otro ejemplo. Zi Cheng trabajaba como empleado en el juzgado provincial. Era un hombre amable, humano y cumplidor con la ley. Una vez, el magistrado provincial castigó a un criminal con ser golpeado hasta que su sangre salpicara el suelo. La ira del magistrado persistía y estaba a punto de continuar, cuando Zi Cheng se arrodilló y le suplicó que dejara de golpear al prisionero. El magistrado dijo…
El Magistrado: Está bien que supliques, pero ¡cómo no voy a estar enfadado cuando este hombre ha infringido la ley!
Zi Cheng: Cuando los que están en el gobierno en posiciones de poder son corruptos y no siguen el camino adecuado, ¿Cómo podemos esperar que los demás cumplan las leyes? Además, el golpearle así puede hacer que un sospechoso inocente se declare culpable. Incluso en un caso así deberíamos ser más comprensivos.
Liao Fan: El magistrado quedó conmovido con las palabras de Zi Cheng y paró de golpearle. Aunque Zi Cheng provenía de una familia muy pobre, nunca había cometido sobornos. Si los prisioneros tenían poca comida, él les traía comida de su casa, incluso aunque eso significara pasar hambre. Su compasión nunca cesó y finalmente Zi Cheng tuvo dos hijos.
Narrador: El nombre del mayor era Shou Chen y el del más joven Shou Zi. Ambos fueron muy destacados y ostentaron cargos imperiales. También los descendientes de la familia Yang fueron destacados durante un largo tiempo.
Liao Fan: Aquí tenemos otra historia real que ocurrió en tiempos de la dinastía Ming. Una vez, un grupo de bandidos llegó a la provincia de Fukien. El Emperador mandó al General Hshieh con su ejército para detenerlos. El General Hsieh quiso asegurarse de que no murieran inocentes de forma accidental a manos de los bandidos.
Por lo tanto, se encargó de conseguir una lista de los bandidos y ordenó que se les diera una bandera blanca en secreto a todos los que no formaban parte de dicha banda. Se les ordenó colocar dicha bandera blanca en la puerta de sus casas, de forma que el ejército imperial tenía orden de no herir a ningún inocente cuando llegaran a la ciudad. De esta forma el General Hshieh salvó de la muerte a diez mil personas.
Narrador: Más tarde, su hijo Chian Hsieh quedó primero en los exámenes imperiales y llegó a ser consejero del emperador. Su nieto Pei Hsieh también obtuvo muy buena nota en dicho exámenes.
Liao Fan: Otro ejemplo lo tenemos en la familia Lin de la provincia de Fukien. Entre sus antepasados se encontraba una anciana señora muy generosa. Cada día preparaba bolas de arroz para dárselas a los pobres y siempre les daba todas las que le pedían.
Había un monje taoísta que acudió todos los días durante tres años y cada vez le pedía seis o siete bolas. La señora siempre accedía a sus peticiones y nunca mostró el más mínimo desagrado. El monje taoísta, que en realidad era un ser celestial que había venido a probar la bondad de su corazón, se dio cuenta de la sinceridad de la mujer y dijo…
El Monje Taoísta: He comido tus pasteles de arroz durante tres años sin mostrarte ningún tipo de agradecimiento. A lo mejor puedo ayudarte de esta forma; en la tierra detrás de tu casa, hay un buen sitio para construir tu tumba. Si te entierran allí, tendrás tantos descendientes que reciban nombramientos imperiales como semillas contiene una libra de semillas de sésamo.
Liao Fan: Cuando la anciana señora murió, la familia Lin siguió los consejos del ser celestial, enterrándola en el lugar designado. Nueve hombres de la generación posterior aprobaron los exámenes imperiales y así continuó durante varias generaciones.
Otro ejemplo lo podemos encontrar en el padre de un historiador imperial, cuyo nombre era Chi Feng. Hace muchos años, un invierno, el padre de Chi Feng se dirigía a la escuela cuando se encontró con un hombre congelado por la nieve. Viendo que el hombre aún respiraba, se quitó rápidamente su abrigo para taparlo. Lo llevó a sus espaldas hasta su casa y lo revivió. Esa noche soñó que un ser celestial le decía…
Ser Celestial: Has ayudado al hombre moribundo de todo corazón, esto es una gran virtud. El famoso General Han Chi de la dinastía Sung se reencarnará en tu hijo.
Liao Fan: Más tarde el niño nació y su apodo fue Chi. Otro ejemplo es el de Ta Jo Ying, el secretario imperial que vivió en Taichou. Cuando era joven, solía estudiar en las montañas. Por la noche, a menudo podía escuchar a los espíritus, pero nunca les tuvo miedo. Un día oyó cómo un espíritu le decía alegremente a otro espíritu…
Primer Espíritu: ¡Ha, Ha! Hay una mujer en el pueblo cuyo marido se fue de casa hace mucho tiempo y todavía no ha regresado. Su suegra piensa que su hijo está muerto y está obligándola a que se case de nuevo. Mañana por la noche ella se va a suicidar y me sustituirá, de forma que yo me pueda reencarnar. ¡Ha, Ha!
Narrador: Las almas de los que se suicidan tienen que esperar a que otra persona muera en el mismo lugar, de forma que puedan reencarnarse en un nivel superior.
Liao Fan: El Sr.Ying escuchó esto y de inmediato puso su parcela a la venta. Consiguió cuatro lians de plata, escribió una carta como si fuera de la nuera del marido y la envió a su casa junto con la plata. El suegro se dio cuenta que la letra no era la de su hijo pero examinó la plata y dijo…
Suegro: Puede que la carta sea falsa, pero no así la plata. ¿Quién podría enviarnos tanto dinero? A lo mejor nuestro hijo está vivo aún y no deberíamos obligar a nuestra nuera a casarse de nuevo.
Liao Fan: Así que la esposa al final no se suicidó y su marido finalmente regresó a casa. El Sr. Ying escuchó de nuevo a los espíritus hablar…
Primer Espíritu: ¡Hah! Al principio se suponía que iba a salir de aquí para reencarnarme, ¡pero el Sr. Ying ha estropeado mis planes!
Segundo Espíritu: ¿Por qué no le haces algo malo?
Primer Espíritu: No, no puedo. Los Dioses han reconocido su bondad y su virtud y va a ser una persona destacada en el futuro. ¿Cómo voy a hacerle daño?
Liao Fan: El Sr. Ying oyó esto y se volvió aún más diligente para acumular méritos. Siempre que había hambre, compraba comida con su propio dinero para los pobres y siempre estaba dispuesto a ayudar en caso de necesidad. Cuando las cosas no salían como él esperaba, siempre reflexionaba en su interior en vez de quejarse o echar la culpa a los demás. Incluso a día de hoy, sus descendientes son personas muy notables.
Tenemos también la historia de Feng Chu Hsu, que vivía en Changso, en la provincia de Jiangsu. Su padre era muy rico. Siempre que había hambre, su padre repartía entre los pobres cada grano de arroz y su dinero de los arrozales. Una noche escuchó a los espíritus cantar fuera de su casa…
Los espíritus: ¡No es broma! ¡No es broma! ¡Alguien en la familia de Hsu va a aprobar los exámenes imperiales!
Liao Fan: Esto se repitió varios días y así fue, su hijo Feng Chu aprobó los exámenes imperiales. Desde entonces, su padre se esforzó aún más en realizar buenas acciones y acumular méritos. A menudo reparaba los puentes y cuidaba de los viajeros y los monjes. Una vez más escuchó a los espíritus hablar…
Los espíritus: ¡No es broma! ¡No es broma! ¡Alguien en la familia de Hsu va a aprobar los exámenes imperiales de rango superior!
Narrador: Y así fue, Feng Chu aprobó los exámenes de más alto nivel y ¡llegó a ser en el gobernador de dos provincias!
Liao Fan: Podemos también contar la historia de Kung Shi, que vivía en Chiashing, en la provincia de Chekiang. El Sr Tu trabajaba en los juzgados y solía pasar las noches en las celdas de la prisión charlando con los presos. Siempre que conocía a algún inocente, escribía un informe al juez, informándole de los casos. El juez interrogaba de nuevo a los prisioneros y cerraba los casos.
Narrador: Gracias a los esfuerzos del Sr. Tu, diez inocentes fueron puestos en libertad. Todos ellos estaban profundamente agradecidos con el juez. El Sr. Tu no dijo nada y dejó que el juez recibiera las alabanzas. Poco después el Sr. Tu envió un informe al Juez Imperial en el que decía…
Sr. Tu: … si sólo en la ciudad Imperial hay tantos inocentes en prisión, debe haber muchos más en todo el país. Aconsejo al Juez Imperial que envíe investigadores cada cinco años para comprobar si hay gente inocente en las cárceles. Para evitar que haya inocentes en las cárceles, se pueden reducir o anular las penas.
Liao Fan: El Juez Imperial envió la solicitud al Emperador, quién estuvo de acuerdo con la sugerencia del Sr.Tu. El Sr. Tu fue seleccionado como uno de esos agentes especiales encargado de reducir las penas. Una noche soñó con un ser celestial que le decía…
Ser Celestial: Se suponía que no merecías tener hijos en esta vida, pero esta acción de reducir las penas de los inocentes está en consonancia con los designios del Cielo. Serás bendecido con tres hijos que alcanzarán posiciones renombradas.
Liao Fan: Poco después, su mujer dio a luz a tres hijos, siendo todos ellos miembros destacados en la sociedad.
Otro muestra de los buenos resultados que traen las buenas acciones lo encontramos en Ping Bao, que vivía en Chiahing. Ping era el más joven de los siete hijos del magistrado de Chichou, en la provincia de Anhui. El era muy buen amigo de mi padre y se acordó su matrimonio con la familia Yuan de la provincia de Pinghu. A pesar de que Ping Bao sabía mucho y era muy inteligente, nunca podía aprobar los exámenes.
Narrador: En su lugar, comenzó a estudiar las enseñanzas budistas y taoístas.
Liao Fan: Una vez, estando de viaje por el Lago Liu, llegó a un pueblo y vio un templo en estado de ruina. Vio la estatua de Guan Ying mojada por la lluvia que caía por una gotera en el tejado. Ping cogió todo su dinero y se lo dio al abad del templo para que arreglara el mismo. El abad contestó…
El Abad: Me temo que con este dinero no puedo llevar a cabo tu deseo.
Liao Fan: Ping Bao se despojó entonces de todas sus lujosas pertenencias y se las entregó al abad. Su sirviente trató de convencerle para que se quedara con su mejor traje, pero él lo rechazó diciendo…
Ping Bao: No me importa. Siempre y cuando la estatua de Guan Yin esté sana y salva, no me importa lo más mínimo tener que ir sin ropa.
Liao Fan: El abad con lágrimas en los ojos exclamó:
El Abad: Dar dinero y ropa no es tan difícil, pero tu sinceridad tan profunda es rara de encontrar.
Liao Fan: Después de arreglar el templo, Ping Bao fue a buscar a su padre y ambos pasaron la noche allí. Por la noche, Ping soñó con el Dios protector del templo, Chi Lan quien venía y le decía…
Chie Lan: Ya que has acumulado tantos méritos y virtudes, tus hijos y todos tus descendientes gozarán de nombramientos imperiales durante muchos años.
Liao Fan: Más tarde, su hijo y su nieto aprobaron los exámenes y fueron designados oficiales imperiales.
Otra historia es la de Li Zhi de la provincia de Jiashan. Su padre era un empleado en los juzgados provinciales. Una vez, su padre supo de un inocente que había sido condenado a muerte. Intentó recurrir el caso en una instancia superior. Cuando el prisionero se enteró de esto, le dijo a su mujer…
Prisionero: Estoy en deuda con este hombre y no tengo forma de demostrarle mi agradecimiento. ¿Por qué no le invitas a casa y le propones que se case contigo? Quizás esto le agrade y así yo pueda seguir vivo.
Liao Fan: La mujer lloró al oír su petición, ya que ella no quería hacerlo. Sin embargo, era la única forma de ayudar a su esposo. Al día siguiente, cuando él vino a verla, le ofreció vino y le contó los deseos de su marido. Él rechazó la proposición de matrimonio, pero siguió poniendo un gran empeño en resolver el caso. Cuando finalmente el prisionero fue puesto en libertad, su mujer y él fueron a verle para agradecérselo. El hombre dijo…
Prisionero: Alguien con tanta virtud como usted es raro de encontrar estos días, ¿Cómo puedo darte las gracias? Tú no tienes hijos, por favor acepta la proposición de matrimonio con mi hija, es la única forma que tengo de pagarte. Por favor acéptalo.
Liao Fan: Así que el hombre aceptó y poco después tuvo un hijo, Li Zhi. Li quién aprobó los exámenes imperiales de rango superior sólo cuando contaba con veinte años.
Narrador: El hijo de Li, Gao, su nieto Lu y su biznieto Da Lwun también aprobaron los exámenes y recibieron nombramientos imperiales.
Liao Fan: Todas las historias anteriores eran ejemplos de buenas acciones. Aunque estas acciones difieren, su intención era la misma: si estudiamos la bondad con atención, veremos que hay diferentes clases.
Narrador: Hay una bondad verdadera y una falsa. La honesta y la deshonesta, la invisible y la visible, la aparente y la auténtica, la correcta y la incorrecta, la bondad completa y las medias bondades, la gran bondad y la pequeña, y finalmente la difícil y la fácil.
Liao Fan: Cada una de ellas tiene sus propias razones, que debemos estudiar con atención. Si realizamos buenas acciones pero no aprendemos a distinguir el bien del mal, puede que terminemos haciendo el mal. Te voy a explicar ahora cómo diferenciar los diferentes tipos de buenas acciones.
¿Qué son la bondad verdadera y la falsa? En la dinastía Yung, un grupo de estudiantes fue a rendir homenaje al Maestro Jung Fung en la montaña de Tianmu. Le pidieron…
Primer estudiante: Las enseñanzas budistas a menudo nos hablan de la consecuencia kármica del bien y del mal, de la siguiente forma “El karma es como una sombra, sigue al cuerpo allá dónde vaya”.
Narrador: este dicho quiere decir que el hacer el bien siempre tendrá su recompensa, y al hacer el mal también tendremos siempre nuestro castigo.
Primer Estudiante: Entonces, ¿por qué hay gente buena cuyas familias y descendientes no tienen éxito ni prosperan? Por otra parte, ¿por qué hay gente mala que hace el mal y en cambio a sus familias les va bien? ¿Dónde queda pues la Ley de la Causa y el Efecto? ¿No hay acaso un standard en las enseñanzas budistas?
Liao Fan: El Maestro Jung Fung le contestó diciendo…
Maestro Jung Fung: Las personas banales están cegadas por el materialismo, no han limpiado su mente y no tienen acceso todavía al verdadero conocimiento. Por lo tanto, confunden la bondad verdadera con el mal y ven las verdaderas maldades como bondades.
¡Esto es muy común hoy en día! ¡Además, estas personas no se culpan a si mismos sino que echan la culpa a los demás de sus desgracias!
Segundo Estudiante: El bien es el bien y el mal es el mal. ¿Cómo es posible que los confundamos?
Liao Fan: Al oír esto, el Maestro Jung Fung pidió la opinión de todos ellos sobre qué era el bien y qué era el mal.
Tercer Estudiante: Gritar y pegar a los otros es malo, respetar y tratar bien a los demás es bueno.
Maestro Jung Fung: ...no necesariamente
Cuarto Estudiante: Tener ansia por la riqueza y robar es malo, no ser ambicioso y respetar la ley es bueno.
Maestro Jung Fung: ...no necesariamente.
Liao Fan: Todos los demás dieron sus opiniones al respecto, pero el Maestro Jung Feng siguió respondiendo…
Maestro Jung Fung: ...no necesariamente
Liao Fan: Ya que el Maestro Jung Feng disentía con todas y cada de las opiniones acerca del bien y del mal, le preguntaron:
Estudiantes: ¿Entonces qué es el bien y qué es el mal?
Maestro Jung Fung: Hacer algo con la intención de beneficiar a los demás es bueno, hacer cosas para uno mismo es malo. Si lo hacemos para beneficiar a los demás, entonces no importa si gritamos o pegamos a alguien, todavía lo consideramos como bueno. Si por el contrario actuamos movidos por interés propio, entonces las buenas acciones son falsas. Los que actúan con bondad verdadera necesitan conocer estas diferencias.
Por lo tanto, cuando hacemos el bien con la única intención de beneficiar a los demás, esto se considera un beneficio público y si es público, entonces es realmente bueno. Si sólo actuamos movidos por el interés propio, se considera que es un beneficio privado, tratándose así de una bondad falsa.
Cuándo la bondad se origina realmente en el corazón, es una bondad verdadera. También es correcto, cuando hacemos el bien sin esperar nada a cambio. Cuando hacemos algo bueno con alguna otra intención, entonces no es de verdad. Es necesario prestar atención a estos detalles.
Liao Fan: ¿Cuál es la diferencia entre la bondad honesta y la deshonesta? Hoy en día consideramos como bueno a alguien extremadamente conservador y amable. Sin embargo, los Sabios y los Santos han demostrado que es preferible tener coraje y marcarse grandes metas.
Narrador: Esto es así porque es más fácil enseñar a los que tienen coraje y grandes metas, ya que algún día conseguirán lo que se proponen; mientras que aquellos que son demasiado cuidadosos y conservadores no conseguirán nada.
Liao Fan: Puede que la gente prefiera a los que aparentan ser prudentes y cuidadosos en sus acciones diarias, pero a consecuencia de su débil personalidad, fácilmente se dejan llevar y son incapaces de pensar por si mismos. Los Santos con frecuencia se refieren a ellos como ladrones de virtud. De esto podemos deducir, que el punto de vista de las personas banales difiere enormemente del de los Santos y Sabios.
Narrador: Un Santo puede ver mal lo mismo que la gente corriente puede considerar bueno. Lo que parece malo a los ojos de la gente corriente, puede ser percibido como una verdadera bondad por un Santo.
Liao Fan: Esto se puede aplicar a otros asuntos. La Tierra, los Espíritus, el Cielo y las Divinidades tienen el mismo punto de vista sobre la bondad que los Santos. La gente amable será recompensada por sus buenas acciones y los malvados sufrirán su castigo. Los Santos no tienen la misma perspectiva que la personales banales.
Es así que los que quieran acumular méritos no deben decepcionarse ni dejarse engañar por las señales de este mundo. En su lugar, necesitan practicar con un corazón humilde y con sinceridad, no para agradar o ganarse el respeto de los demás. Haríamos bien en intentar desviar los pensamientos negativos de nuestro corazón.
Narrador: La bondad honesta proviene del pensamiento de ayudar a los demás. La deshonesta tiene su razón de ser en el deseo de agradar a los demás. Dar nuestro amor a los demás es ser honesto. Es deshonesto tener odio y envidia. La bondad honesta surge cuando somos respetuosos y la deshonesta cuando actuamos sin sinceridad.
Liao Fan: Debemos diferenciarlas con mucha atención. ¿Qué es la bondad visible y la invisible?
Narrador: Cuando hacemos algo bueno conocido por los demás, se trata de la bondad visible. Cuando hacemos el bien sin que nadie se entere, es bondad invisible.
Liao Fan: El Cielo reconocerá y recompensará a aquellos con virtudes ocultas y serán recompensados. Los que practican la bondad visible, sólo tendrán el reconocimiento de los demás.
Narrador: La fama en si es buena fortuna, pero el cielo y la tierra no están de parte de los que buscan la fama y el reconocimiento.
Liao Fan: Podemos comprobar que los que gozan de fama, pero carecen de virtudes que la soporten, tendrán que enfrentarse al final con adversidades. Una persona que no haya hecho el mal de verdad pero es acusada injustamente, tendrá descendientes quienes de repente serán prósperos y con éxito.
Narrador: Por lo que podemos ver así lo importante que es comprender las pequeñas diferencias entre la bondad visible y la invisible. ¡No debemos confundirlas!
Liao Fan: Pero puede pasar que lo que parece bueno realmente no lo sea, y lo que aparente no serlo, lo sea. Esto es lo que se conoce como bondad aparente y auténtica
Por ejemplo, en el periodo de Primavera-Otoño, había un país llamado Lu. Como otros países traían esclavos de su país, hicieron una ley que recompensaba a los que pagaran un rescate para recobrar la libertad de sus conciudadanos. En esa época, Confucio tenía un alumno muy rico llamado Dz Gong. Aunque Dz Gong pagó el rescate para liberar a su gente, no aceptó la recompensa por esa buena acción.
Narrador: Lo hizo con buena intención, sólo por ayudar a los demás y no por la recompensa del dinero.
Liao Fan: Pero cuando Confucio oyó esto, no le hizo ninguna gracia y le reprendió diciendo…
Confucio: Actuaste mal en esta ocasión. Cuando los Sabios y los Santos se comprometen, se esfuerzan por mejorar el comportamiento social, enseñándonos a ser buenos y decentes. Uno no hace las cosas simplemente porque le apetece. En este país de Lu, los pobres superan con creces a los ricos. Al rechazar la recompensa, haces que otros piensen que aceptarla dinero es egoísta.
Por lo tanto, los que no quieran parecer egoístas por aceptar la recompensa, dudarán en pagar el rescate en el futuro. Sólo los ricos, tendrán la oportunidad de pagarlo. Si esto ocurre, nadie pagará el rescate para liberar a los nuestros.
Liao Fan: Otro alumno de Confucio, Dz Lu, rescató a un hombre que se estaba ahogando en el río. El hombre le regaló una vaca como muestra de gratitud. Dz Lu aceptó el regalo. Confucio se puso muy contento al oír esto y di
Confucio: En el futuro la gente estará deseosa de ayudar a los que se estén ahogando en aguas y profundas o lagos.
Liao Fan: Para la gente corriente estuvo bien que Dz Gong no aceptara la recompensa. En cambio lo que hizo Dz Lu que si que aceptó la vaca, no estaba bien. ¿Quién hubiera imaginado que Confucio habría elogiado a Dz Lu en vez de a Dz Gong? Podemos deducir que al hacer el bien no sólo debemos fijarnos en los efectos a corto plazo.
Narrador: …pero también tenemos que tener en cuenta los efectos a largo plazo.
Liao Fan: Deberíamos hacer el bien no sólo pensando en nuestro propio beneficio.
Narrador: …sino también debemos tener en cuenta las consecuencias para los demás.
Liao Fan: Lo que hacemos ahora puede que sea bueno…
Narrador: …Pero puede que termine siendo malo para los demás con el paso de los años.
Liao Fan: Por lo tanto, lo que parece bueno, puede que sea lo contrario, y lo que parece malo puede que termine volviéndose bueno al final. Tenemos otros ejemplos de la bondad aparente y la auténtica.
Narrador: Hay muchas cosas que parece que deberíamos hacer, pero muchas veces al final resulta que es mejor que no las hagamos. El perdón es una virtud, pero hay que hacer uso de él razonablemente y con sabiduría. Si perdonamos fácilmente y liberamos a un criminal cuando el mismo no se ha arrepentido y ha cambiado, puede que termine siendo una amenaza para la sociedad, causando más daño. En este caso, el perdón sería inapropiado y sería mejor que el criminal continuara en prisión.
Liao Fan: Es necesario tener buenos modales, pero tienen que ir acompañados de sentido común. La cortesía en exageración puede hacer que los demás sean arrogantes y orgullosos. Y esto no es bueno.
Narrador: Ser fiel a nuestra palabra es una virtud, pero si el mantener una pequeña promesa causara problemas más serios, entonces se consideraría inapropiado.
Liao Fan: Ofrecer nuestro amor y tener compasión son grandes virtudes, pero si dejamos que se haga cualquier cosa por compasión, entonces la persona mimada se volvería osada e incontrolada, causando más problemas en adelante. Esto sería despiadado.
Narrador: Todo esto son ejemplos de lo que aparenta ser bueno y al final resulta no serlo, y tenemos que tenerlos en cuenta.
Liao Fan: ¿Qué significa la bondad apropiada y la inapropiada? En la dinastía Ming, hubo una vez un primer ministro llamado Wen Yi Lyu, el cual era un hombre justo y cumplidor de la ley. Cuando se hizo mayor, se jubiló a su casa natal y allí era respetado y querido por todo el mundo. Una vez un borracho del pueblo fue a su casa y le insultó. El Sr. Lyu no se enfadó por sus palabras y en su lugar dijo a su ayudante…
Sr. Lyu: Este hombre está borracho. No seamos duros con él.
Liao Fan: Cerró la puerta e hizo caso omiso de la sarta de insultos. Un año más tarde, el mismo hombre cometió un grave crimen y fue condenado a muerte. Al oír esto, el Sr. Lyu sintió grandes remordimientos…
Sr. Lyu: A lo mejor esto no habría ocurrido si cuando me insultó lo hubiera entregado a las autoridades. Un poco de disciplina podía haber evitado todo el daño y puede que lo hubiera salvado de la pena de muerte. En ese momento, yo sólo pensaba en ser amable e inconscientemente favorecí una personalidad desafiante y vergonzosa. Como no obtuvo castigo por insular al Primer Ministro, se hizo más fuerte y siguió cometiendo crímenes, y ahora se encuentra condenado a muerte.
Liao Fan: Esta es una muestra de cómo se puede hacer algo mal aún con buenas intenciones. Hay otra historia de quién hizo el bien cuando en realidad quería hacer lo contrario.
Una vez, debido a una hambruna la gente robó comida a los demás a plena luz del día. Una familia rica denunció los robos a las autoridades. Sin embargo, el gobierno que no quería involucrarse, no hizo nada para detener a los ladrones. Al final, los robos continuaron y se hizo el caos. Por lo que la familia rica tomó la ley por sus propias manos, deteniendo y castigando a los culpables. De esta forma, la tranquilidad volvió, cesando los robos. La familia actúo movida por el interés propio pero el resultado benefició a la mayoría.
Narrador: Por lo tanto, todos sabemos lo que es la bondad apropiada y la inapropiada. Aún cuando, hay casos en los que actuando con buenas intenciones y el bien se torna en mal, y al revés. Esto significa que aunque la intención sea buena, las consecuencias puede que no lo fueran. Esto es lo “inapropiado dentro de lo apropiado”. Sin embargo, también puede ocurrir el caso contrario: es lo que se conoce como lo “apropiado dentro de lo inapropiado”.
Liao Fan: Todos podemos aprender de estas historias. ¿Cuál es la diferencia entre la bondad completa y las medias bondades? El I Ching del Libro del cambio dice…
Narrador: “Aquellos que no acumulan buenas acciones no tendrán buena suerte. Por otra parte, los que no acumulan malas acciones, no habrán de enfrentarse a grandes adversidades”
Liao Fan: La acumulación de las malas y las buenas acciones determina nuestro futuro. Si somos diligentes en hacer el bien, será como recoger los frutos de lo que hemos sembrado. Si por el contrario ponemos nuestra diligencia en acumular malas acciones, cosecharemos lo que sembramos y nos tendremos que enfrentar con toda seguridad con la adversidad.
Si somos perezosos en acumular ya sean las buenas o las malas acciones, entonces no tendremos buena suerte ni grandes calamidades. Esta es una de las explicaciones de la bondad completa y las medias bondades.
Una vez, había una señora pobre que acudió a un templo budista y quiso hacer una donación. Pero era tan pobre que sólo pudo dar dos céntimos al monje. Para su sorpresa, el abad mismo la ayudó a arrepentirse de sus errores anteriores y a ofrecer sus méritos a Buda.
Más tarde, la misma señora fue elegida como concubina del emperador. Vestida elegantemente, la señora acudió de nuevo al templo. Esta vez llevó miles de piezas de plata. Para su asombro, el abad envió a otro monje para que la ayudara a dedicar sus méritos. La señora no entendía nada y preguntó al abad.
La Señora: Antes sólo di dos céntimos y tú personalmente me ayudaste. Y ahora que vengo con más riqueza, ni siquiera me ayudas, ¿por qué?
El Abad: Aunque antes diste poco dinero, lo hiciste con toda la sinceridad del corazón. Tenía que agradecértelo ayudándote personalmente. Ahora, aunque has dado mucho más dinero, tu corazón no es tan sincero como antes. Por lo tanto basta con que sea mi alumno el que te ayude.
Liao Fan: Esto demuestra como podemos considerar hacer el bien a medias las dos mil piezas de plata y hacer el bien por completo, los dos céntimos.
Otro ejemplo es el de Li Jung, un inmortal de la dinastía Han. Estaba dando clases a un alumno, Dong Bing Lyu sobre cómo transformar el hierro en oro. Usarían ese oro para ayudar a los pobres. Dong Bing preguntó al maestro…
Dong Bing: ¿Se volverá el oro a transformar en hierro?
Li Jung: En 500 años, volverá a su forma original.
Dong Bing: En este caso, deseo aprender este arte, ya que hará daño a los que posean el oro dentro de quinientos años.
Liao Fan: De hecho Li Jung estaba poniendo a prueba el corazón de su alumno, y contento con los resultados le dijo…
Li Jung: Para llegar a ser inmortal, es necesario realizar 3000 buenas acciones. Lo que acabas de decir demuestra que tienes un corazón sincero: ¡acabas de completar las 3000 buenas acciones!
Liao Fan: Este es otro ejemplo de hacer el bien a medias o no. Cuando hacemos algo bueno, es mejor que lo hagamos con toda la sinceridad de nuestro corazón, sin buscar recompensas o reconocimientos propios o ajenos. Si practicamos así, entonces los éxitos están asegurados.
Si en su lugar, siempre pensamos en el bien que hemos hecho, buscando algún tiempo de recompensa, no importa lo diligentes que seamos o que practiquemos durante toda nuestra vida, nuestras buenas acciones serán consideradas a medias.
Narrador: Por ejemplo, cuando damos dinero a los pobres, es lo que consideramos dar por el simple hecho de dar. Cuando lo hacemos no nos aferramos a pensamientos tipo “a quién estoy dando, la importancia de lo que estoy dando o quién lo va a recibir”. Simplemente damos con toda nuestra sinceridad y respeto. Cuando realizamos este tipo de acciones, entonces un simple dou de arroz, puede traer innumerables beneficios y el mérito de dar un céntimo puede eliminar miles de malas acciones.
Liao Fan: Si siempre tenemos en mente lo bueno que hemos hecho y esperamos algún tipo de recompensa, entonces incluso aunque demos dos mil piezas de plata, no tendremos buena suerte del todo. Es otra forma de explicar el hacer el bien a medias y el no hacerlo.
¿Qué queremos decir con la gran bondad y la pequeña? Hubo una vez un oficial de alto rango llamado Jung Da Wei, quien fue llevado al más allá para ser juzgado por sus malas y buenas acciones. El juez ordenó que se trajera el archivo de las mismas. Cuando llegó, Jung Da se quedó atónito ante el tribunal de sus malas acciones y de lo poco que ocupaban sus buenas acciones. Sorprendentemente, el archivo malo, pesaba menos que el que contenía las buenas acciones, el cual era tan fino como un palillo. Jung Da preguntó al juez…
Jung Da: Apenas tengo cuarenta años, ¿cómo es posible que haya hecho tantas cosas malas?
El Juez: Cada vez que tienes un pensamiento negativo, el mismo no tiene porqué desembocar en una mala acción para que se considere incorrecto. Por ejemplo, se considera una ofensa cuando ves una mujer bonita y tienes pensamientos inapropiados.
Liao Fan: Jung Da le preguntó que había registrado en el único rollo que contenía las buenas acciones, que sobrepasaba en peso al de las malas. El juez respondió…
El Juez: Una vez el Emperador planeó levantar un puente de piedra pero tú te mostraste en contra debido a los esfuerzos y penurias que costaría a las miles de personas que se necesitarían para hacerlo. Esta es una copia de tu propuesta al Emperador.
Jung Da: En efecto, elevé la propuesta pero el Emperador la rechazó y el proyecto igualmente se llevó a cabo. Mi propuesta no tuvo ningún resultado al final. ¿Cómo es posible que pese tanto frente a mis numerosas ofensas?
El Juez: Aunque el Emperador no aceptara tu propuesta, ese pensamiento bondadoso que tuviste por las miles de personas, fue fantástico. Si el Emperador te hubiera escuchado, el bien habría sido aún mayor.
Liao Fan: Por lo tanto, cuando estamos decididos a hacer el bien para el beneficio de todos, una pequeña buena acción puede acumular grandes méritos.
Narrador: Si sólo pensamos en nuestro propio beneficio, entonces los méritos serán pequeños aunque hagamos muchas buenas acciones.
Liao Fan: ¿Qué significan la bondad difícil y la fácil? Los antiguos sabios solían decir…
Un Sabio: Si queremos sobreponernos a nuestro propio egoísmo y a nuestros deseos, deberíamos empezar por lo más difícil.
Liao Fan: Fan Chr, un alumno de Confucio, preguntó a una vez a su maestro cómo cultivar la humanidad en su grado máximo.
Confucio: Empieza por lo más difícil.
Liao Fan: Lo que Confucio quería decir era dejar de lado los pensamientos egoístas. Lo podemos poner en práctica tratando de hacer lo que nos resulta más difícil. Podemos hacer como hizo el antiguo maestro Sr. Su de Chiangshi, quien dio dos años de su salario a una familia pobre que debían dinero al gobierno, salvando de esta forma a la familia y evitando que el marido fuera a prisión.
Narrador: Otro ejemplo lo tenemos en el Sr. Jang de Hebei. El Sr. Jang vio un hombre muy pobre que se veía obligado a ceder a su mujer, ya que no tenían dinero para pagar la pena. Si no podía pagar por ello, la madre y el hijo morirían.
Liao Fan: El Sr. Yang les dio sus ahorros de diez años para que la familia pudiera permanecer unida.
Narrador: Los casos del Sr. Su y el Sr. Yang son excepcionales, ya que dieron lo más difícil de dar.
Liao Fan: Otro ejemplo es el del Sr. Jin de la provincia de Chiangsu. Como ya era mayor y no tenía hijos, su vecino le ofreció a su hija más joven en matrimonio, para que le diera descendientes y continuara así su linaje. Pero el Sr. Jin no quiso arruinar el futuro brillante y prometedor de la joven y la rechazó.
Narrador: Esto es otro ejemplo de cómo empezar por lo que nos resulta más difícil. Así podemos ver que el cielo recompensó a estos tres hombres con buena suerte.
Liao Fan: Es más fácil para aquellos que tienen dinero y poder el acumular méritos y virtudes que para aquellos que son pobres. Sin embargo, sería una verdadera pena si tenemos la oportunidad de hacer el bien y no lo hacemos, incluso aunque fuera fácil. Para los que son pobres y no gozan de prestigio, les resulta más difícil hacer buenas acciones en beneficio de los demás. Pero si a pesar de esta dificultad, son capaces de ayudar a los demás, es una gran virtud y los méritos serán innumerables.
Siempre que la oportunidad se presente, ayudaremos a los demás. Eso es ser una persona moral. Ayudar a los demás no es una tarea fácil, pero hay muchas formas de hacerlo. Es decir, se pueden resumir las formas de ayudar a los demás en las siguientes categorías. La primera es “ayudar a hacer el bien”.
Narrador: Cuando vemos que otros desean hacer el bien, pero no pueden hacerlo por si mismos, podemos echarles una mano. Así es cómo podemos cultivar la práctica de “ayudar a hacer el bien”.
Liao Fan: La segunda categoría es “alentar el amor y el respeto”.
Narrador: Podemos alentar el respeto hacia los que tienen más conocimiento o los ancianos. Podemos promover el amor y el cuidado hacia los más jóvenes o los menos afortunados.
Liao Fan: La tercera categoría es “ayudar a los demás a que tengan éxito”.
Narrador: Cuando veamos que alguien se plantee hacer algo bueno, podemos convencerlos para que pongan todos sus esfuerzos en ello. Si se encuentran con dificultades, podemos ayudarles a superar las mismas para que tengan éxito. No debemos tener envidia de los éxitos de los demás y por supuesto no debemos sabotearlos.
Liao Fan: La cuarta categoría es “convencer a los demás para que hagan el bien”.
Narrador: Cuando vemos que alguien hace algo malo, podemos señalarle que el hacer el mal sólo le traerá un gran dolor y sufrimiento, y que tiene que evitarlo a toda costa. Podemos decirles a los que no quieren hacer el bien o que sólo están deseosos de hacerlo a pequeña escala, que hacer el bien sin lugar a dudas tiene sus recompensas. El bien no sólo tiene que cultivarse, sino que hay que hacerlo constantemente y a gran escala.
Liao Fan: La quinta categoría es “Ayudar a los que más lo necesitan”.
Narrador: La mayoría solemos dar cuando no hay realmente la necesidad de que lo hagamos y no damos cuando es necesario. Cuando conocemos a alguien que está pasando verdaderos apuros, podemos echarles una mano y ayudarles en lo que sea necesario para que salgan de dichas dificultades. Los méritos de estas acciones son innumerables. Sin embargo, no tenemos que alimentar nuestro ego por dicha ayuda.
Liao Fan: La sexta categoría es “llevar a cabo proyectos públicos para el beneficio de todos”.
Narrador: Son generalmente los que tienen más influencia y poder los que tienen que poner en marcha este tipo de proyectos. Si alguien puede por ejemplo reparar el sistema de aprovisionamiento del agua o ayudar en una zona de desastre, tiene que hacerlo en beneficio de los demás. También pueden colaborar los que no tengan tal poder. Por ejemplo, si vemos un escape en una presa, podemos usar piedras para parar el agua y evitar una inundación. Aunque sea un gesto pequeño, los efectos no pasarán desapercibidos.
Liao Fan: La séptima categoría es “dar”.
Narrador: Las personas de este mundo quieren, buscan e incluso mueren por el dinero. ¿Pero quién está de hecho dispuesto a ayudar a los demás dando su propio dinero? Cuando reconocemos lo difícil que es dar nuestro dinero, podemos apreciar el hecho poco común de alguien deseoso de ayudar a los que lo necesitan. Esta persona es incluso más noble a los ojos de los pobres.
Según la Ley de la Causa y del Efecto, “aquellos que dan, recibirán” y “aquellos que rechazan dar, no recibirán”. Cuando cultivamos la virtud de la bondad, recibiremos una parte de la buena fortuna. No necesitamos preocuparnos sobre si no nos queda nada cuando lo damos para ayudar a los demás
Liao Fan: La octava categoría es “proteger las enseñanzas sagradas”.
Narrador: Debemos diferenciar entre las enseñanzas sagradas de las que no lo son. Las que no lo son causan un gran daño en la mente y en los corazones y deben evitarse a toda costa. Por otra parte, debemos apoyar las enseñanzas de gran sabiduría, tales como el Confucianismo, el Budismo, los Diez Mandamientos, etc. Todas ellas promueven la bondad en nuestra sociedad.
Casi todas las culturas cuentan con este tipo de enseñanzas. Si vemos a alguien destruir dichas enseñanzas sagradas, debemos esforzarnos por protegerlas y preservarlas.
Liao Fan: La novena categoría es “respetar a nuestros mayores”.
Narrador: Cualquiera con un gran saber, prestigio o que es mayor que nosotros, puede ser considerado un anciano y por lo tanto debe ser altamente considerado y respetado.
Liao Fan: La décima categoría es “amar y bendecir a todos los seres vivos”.
Narrador: Deberíamos sentir compasión por todas las criaturas vivas, incluso por las diminutas hormigas que también conocen el sufrimiento y tienen miedo de morir. ¿Cómo podemos matar y comer a estos seres y no sentir ni un ápice de lástima?
Liao Fan: Algunos incluso dicen que dichos seres fueron creados para el consumo humano…
Narrador: … pero no es un argumento con lógica y es tan sólo una excusa para que los que quieren comer carne.
Liao Fan: Hasta te he explicado las diez categorías resumidamente. Ahora te explicaré cada una de ellas en detalle y con ejemplos. ¿Qué significa “ayudar a hacer el bien”?
En la dinastía Yu, había una vez un Emperador conocido por el nombre de Shwun. Un día, antes de convertirse en Emperador, Shwun estaba observando a unos pescadores en el lago Leize. Se dio cuenta de que todos los pescadores más jóvenes y más fuertes se encontraban donde el agua era más profunda y había más peces; mientras que los pescadores más ancianos y los más débiles estaban en la zona donde había rápidos, el agua era poca profunda y había muy pocos peces.
Cuando Shwun vio esto, sintió lástima por los pescadores ancianos y los más débiles y pensó en cómo podría dar la vuelta a la situación. Decidió unirse al grupo de pescadores para sentar ejemplo. Cada vez que veía a los pescadores saquear los bancos de pesca, hacía como que no veía nada y no se lo echaba en cara. Cuando a veía a los más humildes, los llenaba de elogios e imitaba sus modales corteses y su humildad. Shwun pescó de esta forma durante un año hasta que los otros pescadores empezaron a ceder los bancos buenos de pesca a los demás.
Narrador: La historia de Shwun es tan sólo un ejemplo para enseñarnos cómo podemos influenciar a los demás a través de nuestros actos, y no a través de las palabras. No está pensada para animarnos a pescar, porque al pescar estamos matando a los peces. Por favor, evita los deportes en los que se mata.
Liao Fan: Un hombre tan sabio e inteligente como era Shwun podía haber influido con facilidad a los demás sólo con sus palabras. ¿Por qué no dijo nada y en su lugar se unió personalmente a los pescadores?
Narrador: Shwun no quiso usar las palabras, sino que prefirió predicar con el ejemplo. Shwun quería que aquellos pescadores se avergonzaran de su comportamiento egoísta y que cambiaran por decisión propia. Esto nos demuestra cuan profundo y sincero era el deseo de Shwun de hacer el bien.
Liao Fan: En los momentos actuales que vivimos en los que nos hemos apartado de la moral y con tanto desorden social, es más difícil encontrar un buen patrón de conducta. Por lo que cuando los que nos rodean tienen defectos…
Narrador: … no usamos nuestras cualidades para resaltar sus puntos débiles.
Liao Fan: Cuando nuestro vecino actúa mal…
Narrador: … no usamos nuestra bondad para medirnos o compararnos con él.
Liao Fan: Cuando los demás no son tan capaces como nosotros…
Narrador: … no nos aprovecharemos de dicha situación.
Liao Fan: Incluso aunque seamos inteligentes y competentes, no debemos alardear de ello. En su lugar, nos comportamos más humildemente. De esta forma no damos importancia a nuestras cualidades o virtudes. Cuando alguien comete un error, debemos ser tolerantes y ocultarlo, dándole la oportunidad de cambiar sin herir su amor propio.
Al no herir su amor propio, en el futuro la otra persona será más cuidadosa de sus acciones. Podemos aprender de las cualidades y las cosas buenas de los demás, alabarlas y hacérselas saber al resto. En nuestra vida diaria, debemos abstenernos de hablar o actuar con intenciones egoístas, y en su lugar buscar el beneficio de toda la sociedad. Podemos hacer leyes en beneficio del interés general.
Narrador: Estas son las cualidades de una gran persona, que antepone el bienestar de los demás al suyo propio.
Liao Fan: ¿Qué quiere decir “alentar el amor y el respeto”? A veces es difícil distinguir por las apariencias si alguien es una persona honorable o es un farsante, ya que el farsante pretende ser honorable. La diferencia está en sus intenciones. Las intenciones de una persona honorable son buenas, mientras que las del farsante son malas. Hay una gran diferencia entre ambos y son tan diferentes como el negro y el blanco. Mencio dijo una vez…
Mencio: La diferencia entre las personas verdaderamente honorables y las banales radica en sus intenciones.
Liao Fan: El corazón de una persona honorable de verdad está lleno tan sólo de amor y respeto hacia los demás. Hay miles de clases de personas en este mundo, algunas cercanas a nosotros, otras extranjeras; algunas con altos cargos, otras no; algunas inteligentes, otras menos; algunas virtuosas, otras corruptas. Sin embargo, todos ellos son nuestros hermanos.
Son como nosotros, vivas de carne y hueso y con sentimientos. No hay nadie a quien deberíamos odiar o faltar al respeto. Cuando nuestros corazones están llenos de amor y respeto hacia los demás, es como si lo estuvieran hacia los Santos y las Divinidades. Cuando comprendemos a los demás, es como si comprendiéramos a los Santos y a las Divinidades. ¿Por qué?
Narrador: Porque todos los Santos y las Divinidades desean que todos los seres humanos de este planeta, sin excepción tengamos unas vidas felices y productivas.
Liao Fan: Por lo tanto, si podemos amar y respetar a los demás, ayudarlos a estar serenos y felices, estaremos haciendo la labor de un santo.
¿Qué quiere decir “ayudar a los demás a que tengan éxito”? Si no apreciáramos el jade puro, esta piedra sería como cualquier otra.
Narrador: Pero si la tallamos y la pulimos, podríamos transformarla en una piedra preciosa.
Liao Fan: Ocurre lo mismo con las personas. Una persona necesita que le enseñen y le guíen, igual que un jade necesita que lo tallemos y lo pulamos. Cuando vemos a alguien con buenos potenciales para hacer el bien o alcanzar una meta, podemos guiarlo, apoyarlo, alabarlo y animarlo, ayudándole en sus intentos.
Si alguien lo acusa injustamente, podemos intentar limpiar su nombre y ayudarle a sobrellevar su carga. Sólo cuando le hayamos ayudado a mantenerse por si mismo y a ser parte de una sociedad buena, habremos cumplido con nuestra responsabilidad de ayudar a los demás a que tengan éxito.
Narrador: Ya que siempre hay gente mala a nuestro alrededor, a menudo se aprovechan de las personas buenas. Es así que las personas buenas a menudo encuentran difícil resistir.
Liao Fan: La franqueza y la modestia son las cualidades habituales de las buenas personas. Por lo general no se preocupan mucho por su apariencia. Por el contrario, una persona inculta a menudo sólo presta atención a la apariencia de los demás. Les gusta cotillear y lanzar acusaciones; por lo tanto lanzarse a hacer el bien supone todo un desafío. Una buena persona puede ser acusada con facilidad. Cuando esto ocurre, depende totalmente de la bondad y la virtud de los más ancianos, el corregir a quienes actúan mal y guiarles por el buen camino.
Narrador: También es tarea de los mayores el proteger y ayudar a las buenas personas que lo necesitan. Supone un gran mérito el ser capaz de preservar el bien, librándose de las malas acciones.
Liao Fan: ¿Qué quiere decir “convencer a los demás para que hagan el bien”? Todos tenemos una conciencia. Pero el estar tan preocupados por la riqueza y la fama, nos ha hecho olvidar nuestra buena conciencia. Somos capaces de rebajarnos si podemos conseguir algo con ello. Cuando nuestro amigo está a punto de ignorar su buena conciencia y va a hacer algo malo, podemos avisarle y recordárselo, con la esperanza de despertarle de ese estado confuso de su mente.
Narrador: Es como despertar a alguien de una pesadilla; depende de nosotros el devolverle a la realidad. Cuando alguien está sufriendo una depresión, podemos ayudarle para que su mente se aclare.
Liao Fan: Seremos los más virtuosos si tratamos a nuestros amigos con esta bondad. Un escolar llamado Han dijo una vez…
El escolar Han: Con las palabras, sólo podemos persuadir o influenciar de modo temporal. Se olvidan con facilidad con el paso del tiempo. Nadie más puede oír lo que hemos dicho. Si podemos persuadir e influenciar a los demás con nuestros escritos, nuestras palabras pasarán de generación en generación en todo el mundo. De esta forma, escribir para promover la virtud constituye una acción muy virtuosa.
Liao Fan: Podemos convencer a los demás con nuestras palabras o escribiendo libros para promover la virtud. Esto comparado con la categoría previa de ayudar a los demás a que tengan éxito, es mucho más obvio y directo. De todas formas, el tratamiento de una enfermedad con la medicina correcta a veces tiene efectos especiales, con lo cual no debemos desistir.
Narrador: También es importante cómo lo hacemos. Por ejemplo, si alguien es muy obstinado, no lo convenceremos con nuestras palabras. Si lo hacemos, estaríamos desperdiciando nuestras palabras y nuestra energía. Por el contrario si alguien tiene buena disposición, pero no intentamos convencerle, habremos desaprovechado una excelente oportunidad para hacer el bien.
Esto se debe a que no hemos sido capaces de percibir la diferencia. Deberíamos entonces reflexionar en qué fallamos, para que la próxima vez actuemos correctamente y no desperdiciemos más palabras ni perdamos otra oportunidad.
Liao Fan: ¿Qué significa “ayudar a los que más lo necesitan? A lo largo de nuestra vida, a menudo tendremos que enfrentarnos con problemas importantes, financieros o separaciones de nuestros seres queridos. Si encontramos a alguien en esta situación, podemos ayudarle como si fuera la única persona que está pasando por ese sufrimiento. Acudiremos en su ayuda inmediatamente. Si alguien ha sido acusado falsamente o condenado, deberíamos alegar su inocencia y ayudarle en todo lo que podamos. El escolar Suai dijo…
El escolar Suai: No importa si un favor es grande o pequeño, lo que cuenta es que se haga cuando el otro más lo necesita.
Liao Fan: ¡Qué palabras tan humanas! ¿Qué quiere decir “llevar a cabo proyectos públicos para el interés general”? Los pueblos necesitan pequeños trabajos de construcción y las ciudades, grandes construcciones. Los proyectos públicos son necesarios para el bienestar general…
Narrador: Por ejemplo los sistemas de riego para las granjas, los diques, los puentes o dar comida o agua a aquellos que están hambrientos o sedientos.
Liao Fan: Siempre que tengamos la oportunidad, necesitamos convencer a los demás para que hagan lo mismo. Incluso aunque nos critiquen o hablen a nuestras espaldas, esto no debería disuadirnos. No tengas miedo de las dificultades o de lo que puedan decir. No dejes que la envidia o el odio de los demás te impidan hacer el bien.
Liao Fan: ¿Qué significa “dar”? En el Budismo, el dar constituye la forma de hacer el bien más importante. Cuando realmente comprendemos el significado de dar y estamos deseosos de desprendernos de nuestros bienes materiales, incluso hasta el punto de donar partes de nuestro cuerpo, entonces estaremos siguiendo el camino de Buda. Quien entiende este principio estará dispuesto a dar todo, incluso hasta el extremo de donar los ojos, los oídos, la nariz, la lengua, el cuerpo y la mente.
Narrador: Por ejemplo, en una vida pasada Buda Shakyamuni ofreció su cuerpo como alimento para un tigre hambriento.
Liao Fan: Podemos dar nuestra vista, nuestro oído, el olfato, el gusto, el tacto y el Dharma. No hay nada que no podamos dar si estamos dispuestos a ello.
Narrador: Si actuamos así, estaremos consiguiendo pureza para nuestra mente y nuestro cuerpo. No tendremos preocupaciones ni aflicciones, igual que Buda.
Liao Fan: Cuando no seamos capaces de desprendernos de todo, podemos comenzar por dar dinero. Las personas mundanas tratan la ropa y la comida como si les fuera la vida en ello. Es por esto, que el dar dinero tiene gran importancia.
Narrador: Cuando damos sin ninguna duda, podemos corregir nuestra tacañería y al mismo tiempo ayudar a los que lo necesitan.
Liao Fan: De todas formas, esto no es fácil de hacer. Es difícil al principio, se convierte en algo natural, cuanto más damos. Al cultivar el dar, serenamos la mente y después no hay nada que no podamos dar. Esta constituye la mejor manera de corregir nuestro egoísmo y una oportunidad para cambiar nuestras actitudes hacia el dinero y los bienes materiales.
Liao Fan: ¿Qué quiere decir “proteger las enseñanzas sagradas”?
Narrador: Durante millones de años, las enseñanzas sagradas han servido de guía espiritual a todos los seres vivos.
Liao Fan: Si no tenemos unas creencias firmes, ¿cómo podremos apoyar la unión entre el Cielo y la Tierra? ¿Cómo es posible que tengamos éxito en nuestros proyectos sin un modelo de vida que seguir? ¿Cómo podremos entonces escapar de las falsas ilusiones y del confinamiento vital? ¿Cómo arreglaríamos nuestros asuntos terrenales y trascenderíamos el ciclo de la vida y la muerte?
Narrador: Todo esto depende de las enseñanzas sagradas que nos guían en nuestro camino.
Liao Fan: Por lo tanto, deberíamos sentir un profundo respeto cuando visitemos templos, o veamos monumentos o imágenes de Santos o de Divinidades o textos budistas. Deberíamos arreglarlos si lo necesitan. Podemos contar a los demás las enseñanzas de Buda para expandir sabiamente estas enseñanzas sagradas. Podemos hacerles ver su valor. Es una forma también de mostrar nuestra gratitud a los Santos y las Divinidades. Necesitamos hacer todo lo que esté en nuestras manos.
Liao Fan: ¿Qué queremos decir con “respetar a nuestros mayores”? Significa hacer un esfuerzo extra al prestarles toda nuestra atención y mostrarles todo nuestro respeto. A nuestros padres, nuestros hermanos mayores, el gobernador, nuestros superiores y a los ancianos de elevada virtud, prestigio y sabiduría.
Narrador: Cuando cuidemos de nuestros padres en casa, lo haremos con todo nuestro amor y con gran gentileza. No deberíamos levantarles la voz. Al cultivar estas virtudes, estas formarán parte de nosotros y de esta forma iremos cambiando y siendo más afables. Este es el modo en el que podemos emocionar a los Cielos y provocar su respuesta.
Liao Fan: Cuando hagamos algo para nuestros superiores o para el gobierno, deberíamos cumplir con las normas, incluso aunque no estemos obligados a ello. No deberíamos tratar de no cumplir con las mismas sólo por el hecho de que nuestros superiores no sepan lo que estamos haciendo.
Antes de condenar a alguien por un delito, sin importar si el crimen es grave o no, deberíamos investigar con gran cuidado el mismo y tratar de resolverlo justamente. No deberíamos abusar del poder.
Narrador: Deberíamos mostrar el mismo respeto hacia el Emperador que hacia los Cielos. Este es el comportamiento correcto transmitido por nuestros antepasados. No debemos olvidarlo pues es importante.
Liao Fan: Observa a todas las familias que han practicado la lealtad y la piedad filial. Sus descendientes prosperan y tienen un brillante futuro. Es por esto, que podemos seguir su ejemplo y practicar con prudencia.
Liao Fan: ¿Qué significa “amar y bendecir a todos los seres vivos”?
Mencio: Una persona no es humana si no siente compasión.
Liao Fan: Si vamos en busca de las virtudes de la misericordia y la bondad hemos de tener presente la compasión. Una persona que quiere acumular méritos también cultiva un corazón compasivo. Alguien con compasión es misericordioso, amable y virtuoso. Mientras que alguien sin compasión por los demás, es cruel y sin moral. El Código Ético de la Dinastía Chu establece:
Narrador: “En enero, cuando la mayoría de los animales son jóvenes, no deberían sacrificarse las hembras”.
Liao Fan: Mencio dijo una vez…
Mencio: Una persona honorable no vivirá cerca de la cocina.
Liao Fan: Esto es para proteger un corazón compasivo, ya que muchas carnicerías se llevan a cabo en la cocina. Por eso nuestros antepasados no comían carne si se daban estas cuatro circunstancias. La primera si oían al animal morir. La segunda si lo veían. La tercera si habían criado al animal. Y la cuarta si habían matado al animal por su culpa. Si no somos vegetarianos pero queremos cultivar la compasión, deberías al menos aprender de nuestros antepasados y tratar de comer menos carne.
Narrador: Según las enseñanzas budistas, los seres vivos nacen como animales como resultado del mal karma acumulado en vidas pasadas. Después de pagar sus deudas kármicas, pueden reencarnarse en animales de nuevo. Si están dispuestos a cultivar la virtud, pueden incluso convertirse en Budas. La carne que comemos hoy puede que sea la carne de un futuro Buda. El animal que vemos hoy era anteriormente un ser humano. Es posible que este animal fuera con anterioridad mi padre, mi esposa, un hijo, un pariente o un amigo.
Actualmente, yo soy humano y ellos son animales. Matarles y comerles significaría convertirse en enemigos de aquellos a los que queremos. Si los como hoy, en el futuro podrían reencarnarse como seres humanos. Y yo por el contrario podría pasar a reencarnarme en animal al haberlos matado. En venganza, tendré que sufrir el mismo sufrimiento de que me maten y me coman.
Si pensamos así ¿cómo nos atrevemos a matarlos? ¿Cómo podemos tragar un trozo de carne? Además, incluso aunque la carne sepa bien, su sabor sólo nos dura unos instantes en la boca. No queda ningún sabor después de tragarla. No hay diferencia entre comer carne y verduras. ¿Por qué querríamos matarlos si no hay nada bueno al hacerlo?
Liao Fan: Incluso aunque no podamos dejar de comer carne por ahora, podemos al menos tratar de reducir su consumo hasta llegar a ser vegetarianos. De esta forma, podremos alcanzar un nivel más elevado de compasión en nuestros corazones. Del mismo modo, debemos tratar de no matar a ningún ser vivo, ni siquiera a los insectos. Hacemos seda de los capullos de los gusanos de seda. Los capullos han de hervirse en agua primero, con los gusanos de seda dentro. Reflexionemos en ello ¿cuántos gusanos de seda mueren en este proceso?
Cuando cultivamos la tierra, ¿cuántos insectos matamos? Debemos prestar atención a lo que comemos y lo que vestimos. Tenemos que ser conscientes de que matamos a los animales en nuestro propio beneficio. Debemos pues valorar lo que comemos y lo que vestimos. No hacerlo sería igual que si los matáramos.
¿Cuántas veces inconscientemente hemos hecho daño o pisado a un ser vivo? Con un poco de conciencia, podemos evitarlo. Tung Pwo Su, un gran poeta de la Dinastía Sung escribió una vez…
Tung Pwo Su: Por amor a las ratas, a menudo las dejamos algo de arroz. Para ser compasivos con las polillas, no daremos la luz.
Liao Fan: ¡Cuánta compasión hay en estas palabras! Hay infinitos tipos de bondad. No puedo mencionar todas ellas. Si expandimos las diez categorías anteriores, podemos transformarlas en multitud de buenas acciones y virtudes.
Cuarta Lección: El Beneficio de la Virtud de la Humildad
Narrador: La tercera lección nos enseñó las diversas formas de acumular buenas acciones. Evidentemente sería mucho mejor si todos fuéramos bondadosos, pero como humanos, somos seres sociales. Es imposible no estar en contacto con los demás; por lo que es importante conocer las formas en las que podemos mejorar cuando interactuamos con los otros.
La mejor forma es ser humilde. Las personas humildes cuentan con el apoyo y la confianza de la sociedad. Si realmente comprenden la humildad, también entenderán la importancia de la mejora continua de uno mismo. Esta mejora continua a nivel personal, no sólo incluye la búsqueda de un saber más elevado, sino también abarca la necesidad de ser más humano, de ser mejor en nuestra vida diaria y de mejorar la comunicación con nuestros amigos.
Tendremos muchos beneficios y recompensas al comportarnos humildemente. Esta lección se centra en los beneficios de la virtud de la humildad, demostrado por las propias experiencias de Liao Fan. Todos nos podemos beneficiar enormemente si somos capaces de considerar y entender estas enseñanzas.
Liao Fan: En el primer Ching del Libro del cambio el hexagrama de la Humildad dice…
Narrador: “La ley del Cielo despoja a los arrogantes y otorga a los humildes. La ley de la Tierra no permitirá a los engreídos y egoístas seguir de esa forma, sino que les obligará a cambiar. Los humildes no se debilitarán, sino que se llenarán de luz, al igual que el agua que fluye, llena la tierra al pasar. La ley de las Divinidades trae dolor a los arrogantes y buena suerte a los humildes. Incluso nuestras leyes rechazan a los arrogantes, prefiriendo a los humildes.”
Liao Fan: Por lo tanto, todos, la Tierra, los Espíritus, el Cielo, las Divinidades y los demás, prefieren la humildad a la arrogancia. En el I Ching, el Libro del cambio, los 64 hexagramas hablan de los cambios continuos y de las interacciones entre el cielo y la tierra, el Yin y el Yang. El libro nos enseña como ser más humanos. Cada hexagrama contiene consecuencias tanto positivas como negativas.
Las consecuencias negativas de un hexagrama nos aconsejan no hacer el mal, sino hacer el bien. Las consecuencias positivas de un hexagrama nos animan a mejorar diligentemente y esforzarnos por cambiar hacia mejor. Sólo el hexagrama de la Humildad contiene todas las consecuencias positivas y ninguna negativa. El Libro Chino de la Historia también ha dicho…
Narrador: “La arrogancia nos hará sufrir, sólo la humildad nos traerá recompensas”.
Liao Fan: Yo mismo tuve que hacer a menudo exámenes con otras personas y generalmente coincidía con otros chicos que eran muy pobres. Me di cuenta que antes de que aprobaran y fueran prósperos, sus caras mostraban tanta humildad, paz y armonía que casi podía sentirlo en mis propias manos.
Hace varios años, hice un examen imperial en Beijing. Entre los diez candidatos de mi aldea, Ching Yu Ding era el más joven y sumamente humilde. Le dije a uno de ellos, a Jin Po Fay, que ese joven aprobaría con toda seguridad ese año. Jin Po Fay contestó…
Jin Po: ¿Cómo puedes saberlo?
Liao Fan: Le respondí, “Sólo los humildes serán recompensados con la buena suerte. Mi querido amigo, observándonos a los diez, ¿hay acaso alguien más honesto que Ching Yu?, ¿alguien más generoso y que nunca trate de ser el primero? ¿Conoces acaso a alguien más respetuoso, tolerante, cuidadoso y humilde que Ching Yu? ¿Has conocido a alguien que como Ching Yu no haya nunca insultado, ni hablado a las espaldas de nadie? ¿A alguien que no discuta aunque le ofendan? Alguien capaz de alcanzar tal nivel de humildad contará sin lugar a dudas con la protección de la Tierra, los Espíritus y de los Cielos. No hay ninguna razón por la que no haya de tener un futuro próspero”.
Narrador: Y así fue. Ching Yu Ding aprobó.
Liao Fan: Un año en Beijing, me quedé con mi amigo de la infancia, Kai Zhi Fung. Me di cuenta que él siempre se comportaba con mucha humildad de forma bondadosa y complaciente. No era ni siquiera un poco arrogante, lo que constituía un gran cambio desde su niñez. Kai Zhi tenía un amigo llamado Ji Yen Li quién era franco y honesto. Ji Yen a menudo le regañaba por sus errores, pero Kai Zhi nunca se lo tomaba a mal ni le contestaba.
Le dije, “Al igual que existen señales que nos avisan de la mala suerte venidera, también podemos ver la prosperidad que se acerca hacia aquellos que han trabajado para merecerla. El Cielo ayudará a los que posean un corazón humilde. Tú, mi querido amigo, ¡con toda seguridad aprobarás el examen imperial este año!” Más tarde, efectivamente, aprobó.
Había un joven llamado Yu Fong Zhou de la provincia de Santong, quién aprobó el primer nivel de los exámenes imperiales antes de cumplir los veinte años. Desafortunadamente, a pesar de intentarlo, no pudo aprobar los siguientes exámenes. Cuando a su padre lo cambiaron de puesto en el gobierno, Yu Fong fue con él, conociendo así a un famoso y gran escolar en esa aldea llamado Min Wu Chian.
Yu Fong llevó sus escritos a este hombre. No sabía que al Sr. Chian se le caería la tinta, ensuciando así todos sus escritos. Yu Fong no sólo no se enfadó, sino que aceptó sinceramente las disculpas del Sr. Chiang.
Narrador: Efectivamente es raro encontrar un joven así de humilde y que haya mostrado tanta disposición para mejorarse a si mismo. Al año siguiente, Yu Fong aprobó el examen imperial.
Liao Fan: Un año, fui a la capital a rendir mis respetos al Emperador. Conocí a un escolar llamado Jian Suo Hsia, quién era un gran hombre, sin un atisbo de arrogancia. Pude sentir el intenso aura de su virtud.
Cuando regresé a casa, le dije a mi amigo, “Cuando el Cielo quiere que alguien prospere, primero le bendecirá con sabiduría. La sabiduría puede hacer que seamos honestos y bien disciplinados. El Cielo ya ha bendecido con sabiduría a Jian Shuo. Sino él no podría ser tan gentil, bueno y bondadoso. Con toda seguridad, el Cielo le traerá prosperidad”. Y así fue, cuando los resultados del examen salieron, Jian Shuo había aprobado.
Había un escolar llamado Wei Yan Chang de Jiangying, quien era muy culto y escribía muy bien, siendo también muy popular entre muchos escolares. Un año hizo el examen en Nanjing, quedándose en un templo taoísta.
Cuando los resultados se dieron a conocer, no aprobó. Se enfureció y acusó en voz alta al examinador de estar ciego y de no reconocer su talento. En ese momento, un monje taoísta se puso de pie sonriendo. Wei Yan dirigió de inmediato su rabia contra el monje. El monje dijo…
El Monje: ¡Tu examen no debe ser tan bueno!
Liao Fan: Wei Yan se enfadó aún más.
Wei Yan: ¿Cómo puedes saber si es bueno o no, si ni siquiera lo has leído?
El monje: Oigo a menudo decir que lo más importante para hacer un buen examen es un corazón sereno y un temperamento armonioso. Tu enfado y tus acusaciones en voz alta demuestran claramente que tu temperamento violento y que tu mente no está en paz y, ¿cómo es posible hacer así buenos exámenes?
Liao Fan: Wei Yan aceptó las palabras del monje taoísta y le pidió consejo. El monje dijo…
El Monje: Que apruebes o no depende de tu destino. Si tú estás predestinado a suspender, no importa lo bueno que sea tu examen, ya que suspenderás. ¡Tú mismo tendrás que hacer unos cuantos cambios!
Wei Yan: ¿Cómo puedo cambiar algo que está predestinado?
El Monje: Aunque el poder para formar nuestro destino reside en los Cielos, el derecho de cambiarlo está en nosotros mismos. Siempre que estés dispuesto a hacer el bien y a cultivar tus virtudes, recibirás lo que pides.
Wei Yan: Sólo soy un pobre escolar. ¿Cómo podría hacer el bien?
El Monje: El hacer el bien y el acumular las virtudes reside en el corazón. Si albergas el deseo constante de hacer el bien y acumular las buenas virtudes, ¡tus méritos no tendrán límites y serán infinitos! Piensa en la virtud de la humildad por ejemplo. No cuesta nada, ¿por qué no puedes ser humilde y reflexionar en el examen que hiciste en lugar de acusar al examinador de haber sido injusto?
Liao Fan: Wei Yan Chang escuchó el consejo del monje taoísta y partir de ese momento dejó de ser arrogante. Se volvió muy cuidadoso con sus acciones, tratando de no cometer errores. Cada día hacía un esfuerzo extra por hacer el bien y acumular méritos.
Tres años más tarde, una noche soñó que entraba en una casa muy grande donde había un libro que contenía todos los nombres de los que aprobarían el examen ese año. Vio muchas líneas en blanco. Incapaz de entender su significado, preguntó al que estaba a su lado…
Wei Yan: ¿Qué es esto?
La persona: Este libro contiene los nombres de todos los que aprobarán el examen este año.
Wei Yan: ¿Por qué hay tantas líneas en blanco?
La Persona: Las Divinidades revisan los candidatos cada tres años. En este libro está permitido que aparezcan los nombres de quienes hacen el bien y no cometen errores. Las líneas en blanco son por los nombres de quienes se suponía que iban a aprobar, pero que han sido borrados a causa de sus malas acciones.
Liao Fan: Entonces la persona señalando una línea dijo…
La Persona: Ah ah. En los tres últimos años has sido tan cuidadoso, controlándote a ti mismo, que no has cometido ningún error. A lo mejor deberías rellenar este hueco. ¡Espero que agradezcas esta oportunidad y no vuelvas a cometer más errores!
Narrador: Y así fue. Wei Yan aprobó el examen ese año quedando en el puesto 105.
Liao Fan: De los ejemplos anteriores, podemos deducir que las Divinidades siempre nos están observando.
Narrador: Así que debemos hacer el bien, tratando de evitar hacer lo que sea violento, peligroso o dañino para los demás. Todas estas cosas las puedo decidir por mi mismo. Siempre que albergue buenas intenciones, y evite hacer el mal, no ofenda a la Tierra, ni a los Espíritus, ni a los Cielos ni a las Divinidades; siempre que sea humilde, tolerante y no arrogante, entonces la Tierra, los Espíritus, los Cielos y las Divinidades siempre tendrán compasión de mi. Sólo entonces podré sentar los cimientos de mi futura prosperidad.
Los vanidosos no están destinados a ser grandes. Incluso aunque prosperen, no serán capaces de disfrutar de su buena fortuna por mucho tiempo. Con toda seguridad las personas inteligentes no se empequeñecerán ni serán cerradas de mente, rechazando la buena fortuna a la que están predestinados.
Narrador: Además, aquellos que son humildes siempre tendrán más oportunidades para aprender. Si no somos humildes, ¿Quién nos querrá enseñar? Es más, las personas humildes siempre están deseosas de aprender lo bueno de los demás. Cuando los demás hacen el bien, las personas humildes aprenden y siguen su ejemplo. De esta forma, ¡las buenas acciones que las personas humildes pueden hacer no tienen límites! Aquellos que deseen cultivarse y mejorar, no pueden hacerlo sin la virtud de la humildad.
Liao Fan: Hay un viejo dicho que dice…
Narrador: “Aquellos cuyos corazones persigan el éxito y la fama, obtendrán sin duda éxito y fama. Aquellos cuyos corazones persigan el bienestar y el prestigio, obtendrán sin duda el bienestar y el prestigio”.
Liao Fan: Si nos marcamos grandes metas seremos como un árbol con raíces. Un árbol con raíces finalmente dará ramas, hojas y flores. Si nos marcamos grandes metas debemos ser humildes en cada pensamiento y debemos tratar de aliviar la carga de los otros por muy pequeña que sea.
Narrador: Si llegamos a ser tan humildes sin lugar a dudas emocionaremos los corazones de la Tierra y el Cielo.
Liao Fan: Además, yo mismo creo mi propia prosperidad. Si realmente quiero crearla, es evidente que tendré éxito. Pensemos en los candidatos que buscaban fama y fortuna. Al principio, no albergaban un corazón sincero, era sólo algo pasajero. Cuando lo quisieron, lo buscaron. Cuando su interés cesó, pararon. Mencio dijo una vez al Emperador Shuan Chi…
Mencio: Su Alteza Real ama la música. Sin embargo, su amor por la música es sólo un placer personal. Si abres tu corazón y haces que los demás sean tan felices como lo eres tú, ¡entonces con toda seguridad la nación prosperará!
Liao Fan: Ocurre lo mismo con los que buscan mejorar sus vidas cambiando su destino. Yo mismo por ejemplo quise aprobar los exámenes imperiales. Si abrimos nuestro corazón y hacemos el bien diligentemente, acumulamos méritos y ponemos todos nuestros esfuerzos en mejorar nuestro carácter, entonces cambiaremos nuestro destino y la prosperidad nos estará esperando.
QUERIDOS AMIGOS
Esperamos que haya sido de vuestro agrado la lectura de las Cuatro Lecciones de Liao Fan y que adquiráis su mismo espíritu en cambiar vuestro propio destino. Los animamos a hacer todo lo que esté en vuestras manos para “hacer el bien y evitar el mal”. Las enseñanzas de Liao Fan pueden elevar nuestro nivel moral y transformar nuestra sociedad en una sociedad llena de paz y armonía. Damos la bienvenida a todos aquellos grupos interesados en la divulgación de este libro que puede servir de material de enseñanza en las escuelas. Dejarnos ser parte de la reconstrucción de la moral y la virtud de los niños.
Es por esto que no nos reservamos el copyright de este libro y damos la bienvenida a todo aquél que lo quiera distribuir para el beneficio del interés general.
Aquí, desde la Fundación de las Cuatro Lecciones de Liao Fan, nuestro objetivo es promover el estudio y la práctica de estas enseñanzas por todo el mundo. A través de la comprensión y la práctica de estas enseñanzas, será posible la paz en el mundo. Damos la bienvenida a vuestros comentarios, apoyo y patrocinio. ¡Muchas gracias!
Los felicitamos por haber acabado con la lectura las Cuatro Lecciones de Liao Fan. Esperamos que haya despertado sentimientos de virtud y gozo en vuestros corazones. La enseñanza principal de Liao Fan es el acumular méritos. Hay un dicho en China que dice, “Si somos virtuosos acumularemos méritos; mientras que si no lo somos, los perderemos”. La supervivencia y la prosperidad de los individuos, de la comunidad y de la nación están en íntima relación con los méritos generados por todos los miembros de la sociedad. Otro dicho chino dice, “Quiénes no comprenden los principios de la Naturaleza o la ley de la causa y efecto, no crecerán en virtud”.
Las diez virtudes principales son: “La generosidad, la moralidad, la renuncia, la sabiduría, el esfuerzo, la paciencia, la veracidad, la determinación, la bondad cariñosa y la ecuanimidad”.
Debemos comenzar un proceso de purificación de nuestros corazones y mentes si queremos poner solución a los males de nuestra sociedad moderna. Creemos con total firmeza que las enseñanzas de Liao Fan pueden estabilizar el orden social y purificar nuestras mentes. Es nuestra gran esperanza que las élites sociales y los funcionarios públicos promuevan las Cuatro Lecciones de Liao Fan por todo el mundo. Damos la bienvenida a todos los interesados para que impriman y distribuyan libremente las Cuatro Lecciones de Liao Fan. Creemos sinceramente que puede ayudar a la paz mundial.
La donación para despertar a la humanidad es la más importante de todas ellas. Como en el caso del reputado escolar Han Yu de la Dinastía Tang, quién una vez dijo: “Para despertar a la gente una vez, hacemos uso de nuestras palabras. Mientras que para despertar a la humanidad durantes cientos de generaciones, escribimos libros”.
Gracias por leer este epílogo y una vez más nos gustaría felicitaros por haber acabado este libro.
Que todos los seres vivos vivan en paz y libres de todo sufrimiento.
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