Qi Gong y Tai Chi en el laboratorio
- Gaston Pasquini
- hace 13 horas
- 4 Min. de lectura

¿Qué pasaría si te dijera que prácticas milenarias como el Tai Chi Chuan y el Qi Gong no solo mejoran la salud física y mental, sino que también pueden modular tu genética, reconfigurar tu cerebro y posiblemente sintonizarte con la inteligencia universal?
Durante las últimas décadas, cientos de estudios científicos en China, Japón y otras partes del mundo han comenzado a revelar lo que los antiguos sabios ya intuían: que el cuerpo humano es un sistema energético profundo, con capacidades de autorregulación, sanación y conexión con la naturaleza, mucho más sofisticadas de lo que se pensaba.
Hoy, la neurociencia, la epigenética y la física cuántica empiezan a ofrecer un nuevo lenguaje para explicar lo que estas prácticas activan en nuestro interior. Este informe reúne los hallazgos más relevantes sobre cómo el Tai Chi y el Qi Gong pueden influir en tu sistema nervioso, tus genes, tu estado emocional y, quizá, hasta en los campos sutiles que te conectan con el universo.
Una lectura imprescindible para quienes buscan unir sabiduría ancestral y ciencia moderna.

Estudios clínicos y psicosociales
Ensayos controlados muestran que Tai Chi y Qi Gong mejoran la función respiratoria, cardiovascular, muscular, ósea, el equilibrio, y reducen la presión arterial en ancianos y personas con enfermedades crónicas mdpi.com.
En salud mental, aumentan el bienestar emocional y reducen ansiedad, depresión y estrés al activar la respuesta de relajación y modular el eje HPA .
Epigenética y envejecimiento
Un estudio con 237 mujeres practicantes vs 263 controles reveló que el Tai Chi desacelera cambios en 6 sitios CpG ligados al envejecimiento epigenético, indicando efectos protectores sobre el genoma researchgate.net+2pmc.ncbi.nlm.nih.gov+2pmc.ncbi.nlm.nih.gov+2.
Otras terapias mente-cuerpo (yoga, meditación) muestran disminución de la metilación en genes proinflamatorios (ej. TNF) y alteraciones de enzimas epigenéticas asociadas al estrés pubmed.ncbi.nlm.nih.gov+2pubmed.ncbi.nlm.nih.gov+2time.com+2.
Neurociencia y neuroplasticidad
Imágenes funcionales (EEG, fMRI) indican que Qi Gong/Tai Chi inciden favorablemente en la corteza prefrontal (mejor atención), reducen la actividad de la amígdala y el modo predeterminado cerebral, y aumentan el volumen gris en hipocampo y cíngulo anterior numberanalytics.com.
Durante Qi Gong se observa incremento en los potenciales auditivos del tronco cerebral y disminución en respuestas corticales, lo cual sugiere una reorganización funcional del cerebro de abajo hacia arriba .
Biología molecular y marcadores fisiológicos
Tras practicar Tai Chi/Qi Gong se reportan niveles más bajos de cortisol y ACTH, mayor producción de endorfinas y mejora en marcadores inmunitarios (citoquinas, interferón) pmc.ncbi.nlm.nih.gov+7pmc.ncbi.nlm.nih.gov+7researchgate.net+7.
Cambios en expresión génica en células sanguíneas identifican activación de genes de respuesta antiviral, energía metabólica, y resistencia al estrés celular pmc.ncbi.nlm.nih.gov.
Física cuántica y bioenergía
En biología cuántica, se han detectado efectos magnéticos sensibles en organismos vivientes vía el mecanismo de radicales pareados; aunque aún especulativo, este marco apoya posibles interacciones cuánticas en procesos biológicos arxiv.org.
Si bien la mayoría de científicos ven el cerebro como un sistema clásico por la rápida decoherencia cuántica , emergen teorías en biología cuántica que exploran microtúbulos o coherencias en sistemas sensoriales, lo que abre el debate relevantísimo para explicar fenómenos energéticos sutiles.
Relación energía humana — naturaleza — inteligencia universal
En conjunto, los resultados respaldan la hipótesis de que prácticas como Tai Chi y Qi Gong:
Optimización del sistema neuroinmune-endocrino, reduciendo la inflamación y el estrés.
Epigenética protectora, conservando metilación y función genómica relacionadas con un envejecimiento saludable.
Neuroplasticidad positiva, reorganizando circuitos cognitivos y emocionales.
Possibilidad de efectos cuánticos sutiles, aún por comprobar, que podrían conectar la dinámica energética del cuerpo con patrones físicos de la naturaleza.

Informe con datos concretos y básicos sobre cambios en sangre, temperatura, oxigenación y otros marcadores fisiológicos en Tai Chi y Qi Gong:
Saturación de oxígeno en sangre (SpO₂)
Un estudio piloto (un hombre de 50 años) midió SpO₂ antes, durante y tras sesión de Tai Chi frente a running. Durante Tai Chi la saturación aumentó de manera significativa (p≈1.7·10⁻⁶), aunque se observó una breve caída momentánea hasta 84–87%reddit.comphysiciansweekly.com+3pubmed.ncbi.nlm.nih.gov+3europepmc.org+3. Esto sugiere un aumento del metabolismo de oxígeno, posible efecto beneficioso para condiciones con hipoxia (cardiopatías, artritis, etc.).
En contraste, al correr hubo descenso significativo durante el ejercicio, pero sin caída post ejercicioeuropepmc.org+2pubmed.ncbi.nlm.nih.gov+2physiciansweekly.com+2.
Temperatura cutánea y flujo sanguíneo
Un estudio con termografía infrarroja mostró que durante fases de “foco energético” en Tai Chi, la temperatura de manos y cara aumentó progresivamente (medido a los 1, 2 y 4 minutos), acompañado de mayor flujo sanguíneo en palmasresearchgate.net.
En Qi Gong, estudios termográficos detectaron incrementos de hasta +3–6 °F (1,5–3 °C) en distintas regiones tras sesiones de sanación con Qi externoreddit.com+2researchgate.net+2oatext.com+2.
Frecuencia cardiaca y temperatura palmar
En adultos de mediana edad tras 10 min de Tai Chi:
Frecuencia cardiaca aumentó significativamente (p<0.001), luego volvió a la línea base post‑práctica (p=0.001).
Sin cambios significativos en temperatura palmar ni SpO₂researchgate.net+14pubmed.ncbi.nlm.nih.gov+14pmc.ncbi.nlm.nih.gov+14researchgate.net.
Conductancia de meridianos y sistema nervioso autónomo
Después de una sesión de Qi Gong en practicantes de edad avanzada:
La conductancia eléctrica de la mayoría de meridianos se elevó (p<0.05).
El balance simpático‑vagal mejoró significativamente (p=0.011), acercándose a un índice ideal cercano a 1 (p=0.007).
La ansiedad disminuyó notablemente (p<0.001)pubmed.ncbi.nlm.nih.gov+5researchgate.net+5reddit.com+5.
Endorfinas y ACTH (Qi Gong)
Un estudio de 1995 midió beta‑endorfinas y ACTH: durante el Qi Gong, las β‑endorfinas aumentaron significativamente en la mitad de la sesión (~40 min), mientras que ACTH disminuyó en mitad y post‑prácticareddit.com+1reddit.com+1.
Oxigenación y recuperación (COVID prolongado)
Un caso de long‑COVID: tras practicar Tai Chi/Qi Gong 3 veces por semana, SpO₂ mejoró de ~83% a ~90% en reposo, y la frecuencia cardiaca en reposo bajó de 78 a 74 bpm en siete díasresearchgate.net.
Parámetro | Cambio observado |
SpO₂ | Aumento durante Tai Chi, breve caída al 84–87% |
Temp. manos/cara | Incremento de +1 °C en 4 min; áreas +1–3 °C con Qi |
Frec. cardiaca | Subida durante práctica, retorno a la normalidad luego |
Conductancia meridiana | Elevada; mejora del balance autónomo |
Endorfinas / ACTH | Endorfinas ↑, ACTH ↓ durante sesión de Qi Gong |
SpO₂ (COVID largo) | Reposo: de 83% → 90%; pulsaciones: de 78 → 74 bpm |
Estos datos fisiológicos básicos pero concretos sostienen los efectos que tanto los practicantes como los estudios muestran:
Aumento de oxigenación y metabolismo durante la práctica.
Estimulación del flujo sanguíneo y la termorregulación en extremidades y rostro.
Regulación del sistema nervioso autónomo, promoviendo relajación y equilibrio.
Liberación de endorfinas y supresión de hormonas del estrés.
Mejora rápida en casos de hipoxia crónica, como long‑COVID.
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