Durante años, he enfatizado a mis estudiantes la importancia de "soltar" el kua como preparación para cualquier movimiento, y este consejo sigue siendo fundamental. Sin embargo, hay más por descubrir una vez que te liberas de la tensión habitual en las caderas, una tensión que nuestra cultura fomenta. Me atrevo a decir que parte de esta rigidez estructural proviene de nuestra postura al sentarnos en inodoros con cisterna. En contraste, en China, donde es común ponerse en cuclillas sobre un agujero en el suelo, las personas utilizan su kua diariamente, integrando una flexibilidad natural que muchos han perdido.
El kua es uno de esos elementos que está "oculto a plena vista". Incluso los practicantes más avanzados pueden pasarlo por alto. Hasta que no experimentas una verdadera sensación de song —relajación profunda y consciente— no puedes percibir plenamente el apoyo del kua. Por eso, aunque parezca que las caderas están bien colocadas, es posible que aún estén rígidas, lo cual impide experimentar su verdadero potencial. La orientación de un maestro con experiencia en song kua puede ser invaluable en este proceso.
Es común que ante el estrés, respondamos de forma psicosomática contrayendo la pelvis. Nos encogemos buscando seguridad. Observa cómo se comporta alguien al borde de una plataforma alta: suele tensarse para mantenerse firme y equilibrado. Esta reacción es innecesaria y contraproducente, pero es una respuesta instintiva, gobernada por el cerebro reptiliano, y se activa automáticamente. Los que están acostumbrados a las alturas lo reconocen y aprenden a controlarlo conscientemente, aunque el impulso de tensarse sigue ahí.
Nos cerramos y contraemos no solo ante peligros físicos, sino en situaciones cotidianas de estrés: al hablar en público, en entrevistas de trabajo, o al interactuar con alguien que nos atrae. La tensión se vuelve una respuesta automática y subconsciente, un mecanismo que puede estar operando constantemente, incluso durante el sueño. Es como conducir un auto con el freno de mano puesto. Pero si no conoces una alternativa confiable, el miedo que activa tu respuesta al estrés continuará manteniéndote tenso. La clave está en reconocer esta tensión y luego soltar conscientemente, relajando los músculos de la zona baja y de la cadera. Este patrón de tensión es tan arraigado que, aunque se logre una relajación consciente, la vieja costumbre puede regresar fácilmente cuando la atención se desvía. Para lograr un cambio más duradero, se requiere de kungfu, una práctica dedicada y consciente, un compromiso que demuestre al cuerpo-mente que el cambio es serio.
El siguiente paso después de liberar es profundizar en el song. Esta palabra, a menudo traducida como “relajación”, implica mucho más. ¿En qué me estoy relajando? ¿En una postura desordenada y sin estructura, o en una forma bien alineada y sostenida? ¿Qué sostiene esa forma?
Song se define como “relajación en el soporte del sistema de tejido conectivo”. Este sistema de soporte pasivo utiliza el principio de tensegridad para distribuir la carga a través de todo el cuerpo. Si intento protegerme usando únicamente mis músculos, la tensión se concentra localmente y la energía queda atrapada, por ejemplo, en el hombro o el codo. Sin embargo, al usar Song kua, toda la estructura corporal absorbe la carga, permitiendo que la energía fluya suavemente a través de las articulaciones.
Desde que aprendimos a caminar, alrededor del primer año de vida, hemos utilizado nuestros músculos para levantarnos y resistir la gravedad. Este esfuerzo constante se convierte en un programa preconsciente que consume mucha energía sin que siquiera lo notemos. Al liberar esta resistencia y confiar en que nuestro cuerpo puede mantenerse erguido y con mucho menos tensión, descubrimos algo contraintuitivo: podemos manejar cargas mucho mayores con menos esfuerzo y desgaste articular. Además, al liberar el kua, facilitamos el flujo de qi, la energía vital, por todo el cuerpo.
Song kua va más allá de la simple relajación; se trata de integrarse en el soporte natural del sistema de tejido conectivo.
Teoría, Características y Aplicaciones
En Tai Chi Chuan, los conceptos de **Song Kua** (松胯) y **Hundir el Qi** (沉气, Chen Qi) son fundamentales para el desarrollo de una estructura corporal adecuada, la circulación del Qi, y la efectividad marcial. Estos principios son esenciales para conectar y unificar el cuerpo, mejorando tanto la salud como las habilidades en artes marciales.
Song Kua (松胯) - Relajar las Caderas
"Song Kua" significa relajar o aflojar las caderas y la zona de la ingle. Es un aspecto crucial para lograr una base estable, una correcta alineación corporal y una conexión efectiva entre la parte superior e inferior del cuerpo.
Los clásicos del Tai Chi destacan la importancia de "soltar y relajar" el cuerpo. La frase "La raíz está en los pies, sale por las piernas, es dirigida por la cintura y se expresa en las manos" refleja cómo la relajación de las caderas (Song Kua) permite la transmisión eficiente de la energía desde la raíz (pies) hasta la manifestación final (manos). También se dice que "sin relajar las caderas, la energía no puede circular libremente".
Relajación profunda:
Song Kua implica una relajación profunda de las articulaciones de la cadera, permitiendo que las piernas se asienten y soporten el peso de manera eficiente.
Apertura de la cadera:
Mantener una apertura adecuada en la zona de la ingle para permitir un rango de movimiento completo y una mejor circulación de la energía.
Conexión interna:
Establece una conexión interna entre las piernas y la cintura, esencial para la estabilidad y el movimiento fluido.
Funciones y aplicaciones prácticas:
En la práctica de Tai Chi Chuan, Song Kua es esencial para mantener el equilibrio y la estabilidad. Al relajar las caderas, el practicante puede moverse de manera fluida y natural, evitando tensiones innecesarias. Esto es crucial en el empuje de manos y otras aplicaciones marciales, donde la capacidad de absorber y redirigir la fuerza depende de una base estable y una conexión interna sólida.
En términos de salud, Song Kua permite que el Qi y la sangre circulen mejor por el cuerpo, mejorando la función de los órganos internos y reduciendo el estrés en la zona lumbar y las rodillas.
Hundir el Qi (沉气, Chen Qi)** - Llevar el Qi hacia Abajo
Hundir el Qi" se refiere a la práctica de dirigir la energía vital (Qi) hacia el Dan Tian inferior, ubicado en el abdomen. Este proceso implica una sensación de bajar y asentar la energía, creando una base sólida y una mente calmada.
En los textos clásicos se enfatiza que "el Qi debe hundirse en el Dan Tian" para que la energía se acumule y fortalezca internamente. Un pasaje común es: "El Qi debe descender, el Shen (espíritu) debe subir". Este equilibrio entre hundir el Qi y elevar el espíritu es fundamental para la práctica del Tai Chi y otras artes internas.
Calma y estabilidad:
Hundir el Qi implica una mente calmada y un cuerpo relajado, permitiendo que la energía fluya hacia abajo sin obstrucción.
Respiración profunda:
La respiración abdominal profunda es clave para dirigir el Qi hacia el Dan Tian y mantenerlo allí.
Peso en la base:
Sentir el peso del cuerpo bajando hacia los pies y la conexión con la tierra, lo que proporciona una sensación de enraizamiento y estabilidad.
Funciones y aplicaciones prácticas:
En Tai Chi Chuan, hundir el Qi es esencial para mantener la estabilidad y el equilibrio, especialmente durante los movimientos y las posturas. Esto permite al practicante absorber y redirigir la fuerza del oponente con facilidad. Al hundir el Qi, se evita que la energía se eleve hacia la parte superior del cuerpo, lo que podría causar desequilibrio y debilidad.
Además, hundir el Qi ayuda a calmar la mente y reducir el estrés, mejorando la función del sistema digestivo y fortaleciendo el núcleo del cuerpo. Esta práctica es esencial para el bienestar general y la longevidad.
Los conceptos de "Song Kua" y "Hundir el Qi" están profundamente interrelacionados. Relajar las caderas permite que el Qi fluya hacia abajo y se asiente en el Dan Tian, mientras que hundir el Qi facilita la relajación de las caderas. Esta interacción crea una base estable y un cuerpo unificado, donde la energía puede fluir libremente y la mente permanece calmada.
En la práctica de Tai Chi, estos principios se manifiestan en cada movimiento, postura y transición. Son esenciales para desarrollar la sensibilidad, la estabilidad y la capacidad de adaptarse a cualquier situación, ya sea en la autodefensa en cultivo de la salud, o situaciones de la vida diaria.
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